El escritor Rafa Lahuerta retrata en su novela 'Noruega' la transformación de la ciudad de València

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Rafa Lahuerta, autor de otro libro, 'La balada del bar Torino', mantuvo una charla con los alumnos de los institutos de Secundaria de València Sorolla, Barri del Carme y Balears, la Universitat Popular de Benimaclet y el IES Ausiàs March de Manises. El escritor estuvo acompañado por la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, y la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga.

Lahuerta durante la charla con los alumnos.

El escritor Rafa Lahuerta se siente el albacea de Albert Sanchis, el personaje de su novela 'Noruega', que escribió como "un reto personal, para divertirme en mis ratos libres y para ver hasta dónde llegaba".

Las cifras de ventas del libro le han mostrado que las andanzas del protagonista le han llevado bastante lejos y a convertirse en un fenómeno literario. Hasta la fecha ha vendido más 10.000 ejemplares, se alzó como el escritor más codiciado en la pasada Feria del Libro de València y la estela sigue ascendente ahora que se ha traducido al castellano.

"Me apetecía escribir sobre el paso del tiempo, la soledad, el miedo a morir, la propia ciudad, el amor, el azar, la naturaleza de la escritura", ha explicado en el Encuentro de Escritores de la Biblioteca Valenciana. Y ese proceso de reflexión le ha servido para repensar muchos aspectos de su vida. "Lo más importante para mí ha sido el proceso creativo, encontrar la voz del narrador, hacerlo en valenciano, darle consistencia, dotar de vida a los personajes, trasladar al papel de manera convincente esa ciudad que yo tenía en la cabeza y que no necesariamente ha de ser la ciudad que los otros recuerdan", ha matizado.

València se yergue en 'Noruega' como una protagonista más. "En la novela hay una voluntad clara de inventarme o recrear mi propia València, la que veo, la que intuyo, la que evoco. Es una necesidad personal. Me hace sentir vivo. Me gusta recorrer la ciudad y trasladarla al papel. Me gusta mitificar escenarios cotidianos", ha asegurado.

Lahuerta ha constatado en su libro la evolución de la ciudad desde la década de los ochenta hasta la actualidad. "Antes había ruinas y ahora hay solares. Antes había bares y ahora hay franquicias. Antes podías comprar el periódico de madrugada en La Glorieta y ahora casi nadie compra el periódico en ningún lugar -ha enumerado. Ahora hay más servicios en los barrios y los derechos de las personas están contemplados y respetados. La ciudad se transforma todo el tiempo, a veces para bien, a veces para mal".

Ha planteado el oficio de escritor como un ejercicio que "me ayuda a percibir mejor cuanto sucede a mi alrededor y es una pasión barata, que no provoca malestar en los otros y que no añade ruido. El lector puede cerrar el libro cuando quiera". Así mismo, ha admitido que "cuando un autor tiene la suerte tan inmensa de que un lector haga suya una obra de ficción, lo mejor que puede hacer es dar las gracias y escuchar".

Es consciente de que hay estímulos e interferencias que resultan más atractivas que abrir un libro y su aportación a la lectura es "intentar escribir historias que generen interés y seguir leyendo, porque yo sí necesito leer".

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