Águilas y halcones para ahuyentar a las palomas que están arruinando las cosechas en Burjassot

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Dos águilas y dos halcones tienen la misión de ahuyentar a las palomas de la huerta de Burjassot. Aves que se han convertido en poco menos que una plaga y que suponen un verdadero problema para los agricultores pues se comen las semillas y los planteles de los cultivos convirtiéndose en un quebradero de cabeza durante todo el año.

Por ello, el sector agrario del municipio decidió en el Consell Agrari Municipal que el presupuesto que el Ayuntamiento le adjudicaba debía destinarse a financiar una solución para la constante presencia de palomas en los campos. Según ha explicado la concejala de Medio Ambiente, Lluna Àrias, se estudió la manera de atajar el problema y se optó por una solución que permitiera la supervivencia de las palomas, garantizando la biodiversidad de la huerta.

Así, se contrató a la empresa especializada en plagas Lokímica para que llevara a cabo esta acción que, según ha explicado hoy uno de sus responsables, es una opción que tienen en su catálogo de servicios pero que muy pocos ayuntamientos solicitan: espantar a las palomas (u otras especies de aves dañinas) con sus depredadores naturales.

Àrias ha confirmado que en la huerta del área metropolitana es el primer ayuntamiento que pone en marcha este sistema ya que otros municipios, ante problemáticas similares, han optado por abrir la veda para cazar y eliminar a las palomas.

“Nosotros queríamos ofrecer una opción más respetuosa con la biodiversidad de este paraje” porque, según ha dicho, desde el Gobierno municipal de Burjassot entienden que la conservación de la huerta pasa por garantizar su rentabilidad económica pero, también, sus características medioambientales propias.

Plan de choque y estudio de situación

Hoy se ha celebrado la primera sesión de un plan de choque que consta de 15 vuelos disuasorios en un periodo aproximado de un par de meses. El trabajo consiste en que el cetrero lleve a las águilas primero y después a los halcones a la zona de actuación, donde ahora las palomas se alimentan y anidan, y las deje volar durante unas horas. Ello hará que que las aves perciban la presencia del depredador en diferentes momentos del día y en diferentes días y dejen de considerar los huertos de Burjassot como una zona segura.

La estrategia, pro un lado, ahuyentará a la masiva población de palomas y, por otro, hará que críen menos reduciendo así el número de individuos. Paralelo al plan de choque se está realizando un estudio para conocer con la mayor exactitud posible el número de palomas que están alimentándose de las cosechas de la treintena de agricultores que trabajan en Burjassot.

Después del primer plan de choque se evaluará la situación y se optará, o bien por vuelos disuasorios de “mantenimiento” a lo largo de todo un año o bien por acometer otro plan de choque con una quincena de vuelos intensivos más si el problema persiste.

Los primeros vuelos se realizarán con Alhambra y Jimena, dos águilas de harris de cinco años de edad. Después, entrarán en juego los halcones (uno peregrino y otro híbrido) de este experimentado cetrero. Combinar ambas especies se debe a que vuelan a diferente altura. Los halcones pueden 'peinar' una zona de hasta 25 kilómetros cuadrados en cada sesión, según han explicado desde Lokímica.

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