Expertos del Hospital de Manises advierten sobre los riesgos de los golpes de calor en los niños y cómo prevenirlos

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El aumento significativo de las temperaturas durante el mes de agosto incrementa de manera considerable el riesgo de padecer insolaciones, deshidratación y "golpes de calor". Los expertos del Servicio de Urgencias del Hospital de Manises han compartido información esencial para reconocer a tiempo este tipo de afecciones en los niños y han proporcionado consejos simples para prevenirlos.

El Dr. Juan Carlos Jurado, especialista en Pediatría en el Hospital de Manises, subraya que la prevención es el mejor enfoque para tratar las afecciones provocadas por el sol y el calor. “Anticiparse y evitar que los niños se enfrenten a situaciones de altas temperaturas sin protección”, afirma.

Como explican los profesionales del centro sanitario de Manises, “los niños más pequeños, sobre todo los menores de 1 año, son los más vulnerables a sufrir un golpe de calor. Su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos porque tienen menor reserva de agua y su sudoración”. Por eso, los pediatras de urgencias recomiendan estar especialmente pendientes de los niños en los momentos de altas temperaturas y excesiva exposición al sol para poner todos los medios necesarios para evitar este tipo de afecciones.

Entre las claves que aportan los pediatras para prevenir los golpes de calor e insolaciones, el Dr. Jurado subraya la importancia de mantener hidratados a los niños. “Es preciso ofrecer con frecuencia a los niños líquidos (pecho en lactantes),sin esperar a que ellos lo pidan, especialmente si van a realizar una actividad física prolongada”, explica el doctor. Además, es relevante limitar su ejercicio en las horas centrales del día y en esos momentos proponer otro tipo de actividades en lugares ala sombra, con aire acondicionado o ventiladores, si es posible. Si la actividad se realiza en el exterior, “es aconsejable que se bañen o mojen con cierta frecuencia”, recuerda el pediatra.

En cuanto a los signos de alerta, los especialistas del Servicio de Urgencias del Hospital de Manises advierten sobre los síntomas principales. "Un niño que experimenta un golpe de calor puede presentar mareos, vómitos, fiebre superior a 40⁰C, dolor de cabeza o irritabilidad y taquicardia. En casos más graves, pueden ocurrir desmayos o pérdida de conciencia. También debemos estar alerta ante síntomas como piel seca y caliente, fatiga, debilidad, respiración superficial y rápida, o calambres musculares", señala el Dr. Jurado.

Dado que esta afección puede ser potencialmente grave, los médicos subrayan la importancia de actuar de inmediato y llevar al niño que presente síntomas a las Urgencias más cercanas. También recomiendan cómo proceder en tales casos para evitar que la afección empeore, incluyendo mantener al niño tumbado boca arriba a la sombra en un lugar fresco y bien ventilado, y aplicar paños fríos húmedos en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho gradualmente, evitando el uso de hielo. "Es crucial no sumergir al niño en agua fría ni frotar con alcohol. Si el niño está consciente y no tiene vómitos, se le puede ofrecer agua fría o una bebida isotónica", concluye el pediatra.

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