El proyecto del Museo al Aire Libre de Puçol, que nació con el objetivo de mejorar el aspecto de los transformadores de red situados en el casco urbano, los polígonos y la playa de la población, se ampliará este año con los tres grafitis diseñados por Xolaka, Broke y Nero i Unamesa.
Pasados unos años, ambas entidades acordaron crear una ruta que facilitara a vecinos y turistas disfrutar de las obras de arte distribuidas en la playa, los polígonos industriales y el casco urbano. La idea fue bautizada como el Museo al Aire Libre.
Las mejoras han continuado en los últimos años, incluyendo criterios temáticos en la selección final de las obras, para ajustarse a las inquietudes sociales y culturales de ambas entidades.
El jurado estaba compuesto por la alcaldesa Paz Carceller, la concejal Ángela Santamaría, el diseñador Sento Pascual (del Departamento de Comunicación municipal), el técnico José Luis Gómez (de X Tu Puçol), Clara López (jefa del sector de Sagunto de i-DE), Sigfrido Llorens (jefe de la unidad de Sagunto) y José Javier Gómez (oficial de mantenimiento de i-DE). Las tres obras elegidas en esta edición son obra de Xolaka, Broke y Nero i Unamesa.
Xolaka ya tiene otro trabajo anterior expuesto en Puçol, concretamente en la playa. El grafiti de este año se titula ‘Abril mojado: malo en la huerta, bueno en el campo’, y, según el autor, es un “homenaje a las personas mayores, a la gente del campo, para poner en valor su trabajo, la dureza de su día a día, algo que se refleja en sus manos encallecidas”.
También es un viejo conocido del Museo al Aire Libre Broke, cuya nueva obra se exhibe en la plaza Clara Campoamor y se titula ‘Love’. El autor viene de la arquitectura y con este grafiti “habla del amor a través de un juego con las tipografías, las proporciones, los ángulos… un estudio con letras que él mismo diseña”.
Nero i Unamesa son nuevos en Puçol y su estreno se ha concretado junto al Espai Jove, en la avenida Mercé Rodoreda con ‘Horta, poble i mar’. Partiendo de fotos de la huerta cercana a la población, los autores proponen “una visión aérea de los caminos que dividen el término, junto a volúmenes de las distintas zonas de la huerta, una vista aérea reinterpretada mediante el lenguaje del grafiti”.
