Premiados de la IX edición de los torneos literarios de ‘Libro, Vuela Libre’

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‘Esencia’, de Lola Enguídanos Faubel, que ha participado con el seudónimo de Escorpión, ha sido el relato ganador de la IX edición de los torneos literarios de invierno de ‘Libro, Vuela Libre’.

La ganadora de estor torneos, Lola Enguídanos, recibiendo de manos de Milagros Germán, dueña de La Bottegara, su cesta.

La ganadora, que forma parte de los grupos online de los cursos de escritura creativa de esta iniciativa cultural, que se imparten también de modo presencial en Valencia y están dirigidos por Aurora Luna, recibió como premio, además de su correspondiente diploma acreditativo,  una cesta de productos gastronómicos italianos seleccionados por La Bottegara (empresa patrocinadora de estos juegos de escritura online) y una de las novelas elegidas para formar parte de los tributos de esta edición de los torneos por el comando liberalibros, integrado por colaboradores habituales de ‘Libro, Vuela Libre’ que contribuyen a realizar, junto a otras actividades, las sugerencias de lectura de su club literario y de su taller de escritura.

La IX edición de los premios literarios en Valencia de estos cursos de escritura, que ha estado muy reñida y ha necesitado varias rondas de votación para deshacer los desempates, ha tenido también cinco finalistas, que junto a la ganadora y otros escritores en formación que están siendo seleccionados desde principios de este año, formarán parte de la próxima antología y liberación de talentos de ‘Libro, Vuela Libre’.

La directora de los talleres, Aurora Luna, con dos de los finalistas: Joaquín González García y Daniel Martí de Veses Bochons.

Blanca Hermenegildo Caudevilla, José Luis Blanco Seguí , Joaquín González García y Daniel Martí de Veses Bochons , todos ellos de la modalidad presencial de estos talleres valencianos para escritores en formación de distintas edades y niveles de experiencia, y Lola Vigil Pérez, residente en Madrid e integrante de uno de sus grupos online, han sido los cinco finalistas premiados junto a la ganadora, Lola Enguídanos Faubel, en estos torneos que anualmente organizan las cadenas literarias de ‘Libro, Vuela Libre’ para desarrollar y premiar la creatividad de los integrantes de sus talleres de creación literaria.

Relato ganador de la IX edición de los torneos de los talleres literarios de ‘Libro, Vuela Libre’.

‘Esencia’, de Lola Enguídanos Faubel (seudónimo: Escorpión)

José Luis Blanco Seguí, finalista también de esta IX edición de los torneos literarios de 'Libro, vuela libre'.

Corro las cortinas con lentitud mientras observo cómo el horizonte engulle al atardecer rojo. Vuelvo a mi espacio, detrás del caballete, y la miro con dulzura. Ella, reclinada en la chaise longue, no dice nada; no debe, lo sabe, se lo repito mil veces: “No te muevas, no hables, no parpadees, no respires; debo dibujar con precisión tu mano pulcra, querida”. Su brazo asoma por la interminable manga del kimono magenta. La miro a los ojos; unos ojos tristes que me cuentan que está cansada. “Lo entiendo, lo entiendo”, le digo, pero ella no responde; no debe, lo sabe.

El tiempo corre impasible, no se detiene y, yo, yo necesito más, mucho más para firmar mi obra, darla por acabada, exponerla sin temor. Las críticas que la envidia alienta me corroen y, sin embargo, las aprecio porque hacen crecer mi creatividad, buscar la perfección…

Blanca Hermenegildo Caudevilla, finalista de estos torneos.

Como persianas sin freno descienden mis párpados; intento alzarlos y no lo consigo. En la dura batalla que mantienen contra mi voluntad, se proclaman vencedores. Sucumbo al sueño y, al despertar, la veo a ella que me espera paciente. “Lo siento, lo siento, no es tu culpa, he dormido más tiempo del que te quedaba”, le susurró al oído. Pobre… ¿Marta?, apenas recuerdo su nombre. La cojo en mis brazos, inhalo con profundidad cerca de su cuello, deseo absorber el olor a cereza que me envolvió al conocerla; pronto ese dulce perfume se convertirá en hedor. Con cuidado, con delicadeza, la dejo en el arcón junto a las otras.

He de volver a empezar; es cruel, lo sé, pero debo hacerlo. Marta, o como se llame, sigo sin recordar, ya no sirve; su excesiva rigidez no me permite captar la esencia de una mano.

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