El Teatro Olympia se llenó en la tarde-noche de este pasado martes hasta lo que la seguridad frente al coronavirus permitía para una entrañable 'fiesta' musical, un homenaje de dos genios, Javier Botella y Albert Sanz, a tres 'dioses' del jazz moderno como son Cole Porter, George Gershwin y Kurt Weill.
Y es algo que se pudo comprobar este martes, con un grado de complicidad entre músicos y público indescriptible que trascendió más allá del espectáculo llegando a un entrañable encuentro entre amigos.
Una tras otra, las piezas que quien más, quien menos, retenemos en la memoria como joyas del tesoro que la época dorada de Broadway y el jazz dejó para la posteridad, fueron dibujando sonrisas, cuando no directamente movían al chasqueado de dedos acompañando un ritmo harto conocido sin que percusión, saxo o bajo tuvieran que completar la maestría al piano de Albert Sanz.
La música como fuente de emoción y sentimiento elevó al público allá a donde Javier y Albert quisieron transportarnos, y el crooner volvió a acariciar al aire con su característica voz personalísima, cálida y elegante que no deja de transmitir en cada nota, en cada gesto y hasta en cada silencio.
Este concierto supone el comienzo de una gira nacional, próximamente se confirmarán las fechas concretas en Madrid y Barcelona, así como las ciudades por las que se podrá vivir el jazz en primera persona de la mano de Albert Sanz y Javier Botella.