Una bella historia de resiliencia para recordar este 2020 en Bioparc Valencia

33 lecturas

Estos días festivos son una magnífica oportunidad para acercarnos a contemplar a la familia de chimpancés de Bioparc Valencia y llenarnos de ternura al contemplar a los pequeños Djibril y Coco jugando en el recinto que recrea las selvas africanas. Una imagen que, para todo el equipo del parque, simboliza el éxito frente a la adversidad a base de esfuerzo, tesón y compromiso con la conservación. Una estampa que sintetiza una historia de resilencia y que sirve para no olvidar todo lo aprendido este 2020.

Djibril fue rechazado por su madre al nacer. Su genética es valiosísima para la subespecie a la que pertenece porque se encuentra en peligro crítico de extinción. La ilusión por su conservación puso en marcha todo un dispositivo internacional para salvar al pequeño chimpancé. Los equipos de Bioparc de Fuengirola y Valencia han sido los referentes. Más de 20 meses de entrega total, la dificultad para encontrar una “madre adoptiva” e innumerables momentos de angustia e incertidumbre ante un fatal desenlace, parecen ya olvidados al contemplar con orgullo la preciosa imagen de la feliz familia. Con la misma satisfacción la Fundación Bioparc que participa, a través del Instituto Jane Goodall, en la conservación del chimpancé en África, celebra el resultado sabiendo que la adopción de Djibril representa una esperanza para su subespecie.

En este año tan complicado, en el que  Bioparc ha tenido total dedicación para mantener el máximo bienestar animal, estas historias felices, los importantes nacimientos, las acciones “con causa” y el maravilloso “reencuentro” con los visitantes, son los “momentos” que vale la pena no olvidar. La cría del Bongo, una auténtica “joya”, las de gacelas Mhorr, pequeños mamíferos como las mangostas y otros enormes como el bebé hipopótamo Gori, los llamativos potros de cebra o la evolución de la familia de gorilas son sólo algunos ejemplos.

Pero también es importante y muy satisfactorio comprobar la magnífica respuesta de la sociedad al mantener el compromiso con las acciones “con causa”. Eventos que han tenido que ser “virtuales”, como el desfile de perros abandonados o la Can-rrera, han tenido una maravillosa respuesta por parte del público. Y como “regalo” para todas las personas que creen que es posible un futuro mejor para el planeta, un futuro en el que podamos vivir en armonía con el resto de seres vivos, nadie mejor que Jane Goodall para representarlo. Su retrato, realizado por la artista Lidia Cao, ya forma parte de Bioparc y nos recuerda, más que nunca, la necesidad de cuidar la naturaleza para protegernos a nosotros mismos. Todas estas personas y todos estos momentos, nos inspiran para seguir en ese empeño conservacionista porque, como nos ha enseñado Djibril, siempre hay esperanza.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí