De Ciudadanos: la tormenta perfecta valenciana

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A día de hoy la ciencia meteorológica está tan avanzada que los técnicos en la materia saben prácticamente el tiempo que va a hacer con semanas de antelación.  Pues bien, la tormenta con aparato eléctrico incluido que se barrunta se va a desatar  en el partido de Ciudadanos de la Comunidad Valenciana. No sé el porqué pero me parece a mí que va a ser de esos de los que hacen época dejando  sangre.  Y yo diría, que hasta alguna que otra tripa colgada en el alfeizar de las ventanas de la sede de tan ilustre y anaranjado partido.

Yo no sé si será la acción de los triglicéridos, la presión arterial o un exceso de colesterol malo y alto, o bien lo que llamaría un clásico de la política como un exceso de mala leche y aferramiento al poder, lo que está haciendo que este partido este cada día mas alborotado, convulso y sin cabeza, a pesar de las  encuestas favorables. Y todo, gracias no a su excelencia como oposición de ‘chascarrillo Ciudadano’ de derechas precisamente, sino como consecuencia de la verbena  judicial que tienen organizada en esa otra y clónica derecha llamada PP.

La diáspora o huida de miles de afiliados  así como de casi 300 cargos públicos en toda España, cifra coronada con la salida últimamente del concejal del ayuntamiento de Valencia, Santiago Benlliure, hacen de este partido posiblemente el que más movilidad interna viene teniendo en toda nuestra hispánica piel de toro.

Sí, yo no he visto en mis largos años de crónica política, la gran  desbandada y baile de militancia y cargos públicos que se ha venido dando en una sola legislatura, como es el caso del partido del ”guapo” de Rivera.

Las entradas y salidas del partido me recuerda cada día mas el viejo chascarrillo del cómico José Mota, cuando dice aquello de: “las gallinas que entran por las que salen, para qué siempre sean las mismas en el gallinero”.

Desde el inicio de esta legislatura las huidas y deserciones han sido de libro, aunque no se anunciaran previamente en el  tiempo. Carolina Punset, una de las grandes musas de Rivera, junto a Inés Arrimadas, fue una autentica  precursora de lo que después se origino en cascada en casi todas las provincias, con la huida de concejales, diputados provinciales y autonómicos y demás cargos orgánicos de difícil enumeración ahora. He ahí los 4 diputados autonómicos liderados por Alexis Mari, así como los diputados provinciales de Valencia y Alicante, acompañados de todos sus equipos, José Enrique Aguar y Fernando Sepulcre; y así un largo etc, en toda España.

Eso por no hablar de una de las huidas más sonadas en un principio, como fue la del ex ministro socialista, Antonio Asunción, cofundador junto con Rivera de Movimiento Ciudadano. Y que salió por piernas al darse cuenta del marchamo pepero de la mayoría de las gallinas que estaban pidiendo paso en ese gallinero.

Y qué casualidad, pero casi todos los motivos que han originado esa gran diáspora naranja en la Comunidad Valenciana, han sido por los constantes desencuentros de los huidos con los cargos orgánicos puestos a dedo desde el principio de los tiempos, por la dirección nacional. El alicantino, Emilio Argueso y el valenciano Juan Córdoba, han venido siendo los “jefecillos” que le han controlando con mano de hierro y toda clase de trampas orgánicas el gallinero valenciano, a quienes los nombraron desde el entorno de Rivera.

Pero no sé porque, pero las aguas de la formación naranja valenciana han venido enturbiándose aun un poco más,   desde el nombramiento de Fernando Giner, como jefe de su parcela local en la ciudad de Valencia. Pero sobre todo, desde que se supo el próximo aterrizaje en Valencia, con el total apoyo y bendiciones de Riverita, del diputado nacional valenciano, Toni Canto. Eso sí,  anunciando ya su pretensión de ocupar un puesto de mando en plaza, sea como número uno en el ayuntamiento de Valencia, sea con el mismo número para la Generalitat.  Además, del super cargo orgánico que llevaría aparejado su desembarco  en la Comunidad  Valenciana.

Como ya se ve, la tormenta esta mas que servida si tenemos en cuenta que casi todos los jefecillos de Alicante, Argueso, Tormo, Sánchez,… están más que apoyados, según las “buenas” lenguas,  por el ex presidente de la Generalitat, el pepero Eduardo Zaplana, a su vez longa manu de José María Aznar, que por lo que dicen esta vez las “malas” lenguas, es el padrino confeso de Riverita, para lo que haga falta en la cosa política y, sobre todo, en el IBEX. Y por último, que decir respecto a Valencia? Yo no creo que Juan  Córdoba y compañía se dejen arrebatar cargo alguno, sin  presentar previamente a los de arriba el listado a modo de factura, de la ingente cantidad de putadas comisionadas por este grupo,  a efecto de tener controlado debidamente el gallinero Ciudadano valenciano.

José Antonio Sorzano | @JoseSorzano | Periodista y abogado | Foro de Opinión José Luis Sampedro

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