Pruna, una juguetona perra negra, ha conocido hoy a su nueva familia de adopción. Un joven matrimonio de Alginet, que actualmente reside en Finlandia. Ana María es enfermera, trabaja en el país nórdico desde hace años y ha aprovechado las vacaciones para adoptar un animal de su tierra. Hasta el nombre han querido que fuera en valenciano.
“En Finlandia los animales no se abandonan, no ves perros callejeros y no existe la posibilidad de adoptar porque no hay abandonos”, asegura Ana María. La pareja se informó sobre los protocolos para viajar en avión con animales. Estuvo buscando a través de las redes sociales y en buscadores de internet dónde podía adoptar un cachorro que se adecuara a lo que buscaban. Necesitaban que entre su peso y el de la caja transportadora no pesara más de 7 kilogramos, para poder viajar con ella en avión. “Conocí y contacté por Facebook con ‘HelpDog Valencia’ y allí Make me informó que en Sollana estaba el centro Gossos d’Alpe y que podía ir y elegir una perrita que se adecuara a lo que buscábamos, queremos viajar siempre con ella”, añadía Ana María, que rebosaba felicidad con la adopción.
Esta es una de las historias con final feliz de los animales abandonados o perdidos de los que se hace cargo el servicio de recogida de la Mancomunidad de l’Horta Sud –en su mayoría perros, aunque también han recogido algún gato-. Nueve consistorios de la comarca están adheridos a este servicio mancomunado (Albal, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Paiporta, Picanya y Quart de Poblet), a los que se sumarán, el próximo mes, las localidades de Mislata y Xirivella.
El servicio comprende la recogida, custodia y protección de animales de compañía abandonados, errantes o decomisados; así como el tratamiento de animales fallecidos en espacios públicos y el desarrollo de la estructura necesaria para fomentar siempre su posterior adopción. En 2016 se recogieron más de 300 animales en los nueve municipios que tienen este servicio y un número similar en el resto de municipios y comarcas en los que opera esta empresa.
Muchos de ellos son animales de compañía extraviados, que finalmente recuperan sus propietarios. En la actualidad tienen en el centro casi 200 perros en espera de adopción. El centro cuenta con una veterinaria, de lunes a sábado, que se encarga de administrar la vacuna antirrábica a todos los animales que entran al centro, así como de colocarles un microchip.
Los perros que más cuesta que sean adoptados son los de gran tamaño, tipo mastin, pastor alemán o los considerados de raza potencialmente peligrosa (pitbull, American Stafford,…), por ls que desde Gossos d’Alpe se hacen campañas específicas para adoptar estos ejemplares, como la actual Adopta un Grandullón.
Desde esta empresa, cuyos propietarios cambiaron en 2012, aseguran que casi un millar de perros salió del centro de recogida en 2016, principalmente, de vuelta a casa de sus propietarios y en gran medida también a adopciones a través de las protectoras con las que trabajan (HelpDog Valencia, Can Tirolina de Catarroja, SOS Frenchy, Amigos de Dexter…) o a familias en situación de acogida temporal.
“Trabajamos codo a codo con las protectoras, aprovechamos las ventajas de las redes sociales para localizar a los propietarios o para lanzar campañas. Cuando entran camadas de perros lactantes, por ejemplo, avisamos a las protectoras para que les encuentren rápidamente familias de acogida y tenemos acuerdos con ellas para facilitar la adopción” asegura Miriam, trabajadora de Gossos d’Alpe.
Make, de HelpDog Valencia, visita el centro a diario, pasea los perros, juega con ellos, lleva comida para los cachorros… “Esto es mi vida”, asegura Make, contenta porque Pruna tenga ya una nueva familia. Tras la revisión de Leo, la veterinaria del centro, Ana María y su pareja posan felices con Pruna.
El centro, situado en la avenida del Romaní número dos de Sollana, está abierto al público, de lunes a sábado, de 10.00 a 13.30. Por lo que cualquier persona interesada en adoptar o acoger un animal en su casa, puede visitar este centro.