¿Quién le pone el cascabel a la gata naranja?

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Después de dejar pasar algunos días y de poder reflexionar con tranquilidad, ¿hablamos claro y sin pelos en la lengua? ¿Quién es la verdadera responsable de la hecatombe en las elecciones catalanas? ¿En quién depositaron su confianza más de un millón de catalanes? ¿Qué hizo con esa gran responsabilidad? NADA. No presentarse ni siquiera a la investidura habiendo ganado las elecciones para, a continuación, abandonar a sus votantes catalanes y trasladarse a Madrid. De aquellos polvos han venido estos lodos. Ya casi nadie en Cataluña confía en Ciudadanos, por eso se han quedado en sus casas, o directamente se han marchado al PSC o a VOX.

Inés Arrimadas (Ciudadanos)¿Es Inés Arrimadas el principal activo electoral de Cs? Desde luego. ¿Es Inés Arrimadas la persona más cualificada para organizar el partido? Un rotundo no. Ya lo ha demostrado sobradamente, cayendo en los mismos vicios (o peores) que su denostado antecesor, Albert Rivera, rodeándose de una cúpula que no está a la altura de las circunstancias (son amiguetes) y verticalizando aún más el partido, cosa casi imposible de conseguir. Pues lo ha logrado. Más rectos que la vara de un maestro franquista.

¿Es Carlos Cuadrado la persona idónea para el puesto que ocupa? La respuesta es más que obvia, su principal virtud es ser amigo de Inés. Su elección para dirigir la campaña catalana causó verdadero estupor y vergüenza. Tan solo hay que comparar: Salvador Illa con Iván Redondo e Inés Arrimadas con Carlos Cuadrado. Va de formas geométricas, redondo contra cuadrado. O mejor aún, si descendemos, en broma, a los dibujos animados, es como comparar a Bob Esponja con la Hormiga Atómica.

¿Es el discreto Jose María Espejo el mejor ayudante de Cuadrado? Un rotundo no. Ambos vienen del núcleo duro de Albert Rivera y siguen haciendo las cosas igual de mal (o peor) que antes. En su día no aprendieron la lección porque ni siquiera se dieron cuenta de sus errores. Ni después de la hecatombe parece que lo hayan hecho. Están más que amortizados, ya que son los perfectos representantes de esa corriente que tanto daño está haciendo en Cs, «el ombliguismo». Ellos son tan responsables (o más) de la caída de Albert, y con él, de Ciudadanos.  Por vergüenza, se debieron marchar en su momento. Las siglas Cs no significa Colegas ni Cuñaos ni el partido es una agencia de colocación. Debería estar por encima de amiguismos absurdos o lealtades mal entendidas.

¿Es Carlos Carrizosa el responsable de la debacle electoral? No, pero sí lo es de haber aceptado un puesto que no le correspondía. Sin duda, el mejor candidato que disponía Ciudadanos era Jordi Cañas, pero claro, como destaca por encima de la mediocridad general, patada y a ese cementerio dorado de elefantes, que se llama Parlamento Europeo.

Dicho esto, ¿hace falta un partido cómo Ciudadanos en España? Un rotundo sí. ¿Es el actual Ciudadanos, con sus estructuras, ese partido tan necesario? Un rotundo no.

Son muchos los factores a comentar y poco el espacio, así que intentaré ser lo más breve posible. Sé que me dejaré cosas en el tintero.

1) Los partidos con estructuras verticales ya no sirven en la España actual. La sociedad está cambiando y los partidos que mejor se adapten a la nueva realidad serán los que prevalecerán. Ya no cabe el ordeno y mando desde Madrid. Cada vez que escucho la frase "en Ciudadanos no queremos baronías" en mi cabeza se traduce como "en Ciudadanos no queremos líderes locales potentes que arrastren a la gente y hagan sombra al líder supremo". ¿No nos damos cuenta? Tenemos multitud de ejemplos, como Feijoo en el PP de Galicia. España es diversa y gran parte de su riqueza es esa. No le puedes hablar a un andaluz, por ejemplo, igual que a un vasco o a un gallego. Ciudadanos dispone de activos con mucha potencia mediática y social, como Toni Cantó en Valencia, absolutamente ninguneados.

2) Si no se construye un proyecto desde los cimientos, la casa se acabará cayendo. Todo nace desde el municipalismo. Creer que un líder guapo o guapa, rodeada de asesores, que ni siquiera conocen a su propio partido, es el modelo a seguir, es un gran error. Cuando ese líder se tambalea, todo el proyecto cae con él. Sin embargo, si has escuchado a tus bases, tienes una potente implantación basada en la meritocracia, sin duda aguantarás mejor el chaparrón. Los líderes de un partido no se deben encerrar en sus jaulas de cristal, tienen que salir a conocer a los verdaderos impulsores del proyecto y empatizar con ellos, que son las bases. Tienen que entender que los españoles no votan en casa de Inés Arrimadas, por poner un ejemplo, sino en cada uno de las ciudades y pueblos que componen España, y debe existir gente preparada y motivada que arrastre a esos votantes. Hay que crear agrupaciones locales y no deshacerlas, como, desafiando toda la lógica, está haciendo Cs en la actualidad. Nos suicidamos. Parece una decisión tomada por Gila y su famoso teléfono: "Oiga, ¿es el enemigo?".

3) Si no comprendes el problema, entonces eres parte de él. En Ciudadanos, desde hace muchos años, se llevan cometiendo errores, tanto de estrategia como de organización. El problema es el propio problema. Si ni siquiera te das cuenta de que lo cometes y no lo identificas, jamás le pondrás solución. Entonces es cuando se demuestra que no vales para organizar nada. Y aquí entra en juego la absurda estructura orgánica de Ciudadanos, vertical, inoperativa y desmotivadora. Siempre juegan los mismos. A modo de ejemplo, de los doce miembros de Comité Autonómico de la Comunidad Valenciana, ocho son diputados y no existe ningún representante de las bases del partido. Es una auténtica vergüenza. Cobran un dineral de todos los valencianos por trabajar en Les Corts o en Diputación. ¿Qué no tienen bastante? Algunos, su tarjeta de visita debe ser un tríptico, ya que no le cabrán todos los cargos que desempeñan. Eso produce un efecto desmotivador entre las bases, dónde hay gente muy preparada. Esto conecta con el punto segundo. Si no conoces ni a tu propio partido, al final, ese gran capital intelectual que posees, se acabará cansando y marchando. Se quedará la cúpula sola, sin afiliados ni simpatizantes. Se acabó el efecto arrastre de votos. En esa situación se encuentra Cs actualmente.

4) Cuando un proyecto agoniza, mucho cuidado con los mesías salvadores. Asisto, con verdadero estupor y vergüenza, al advenimiento de una avalancha de proyectos refundadores que prometen un gran cambio. Por curiosidad, ayer me informé de dos de ellos. No sabía ni quiénes eran y no decían más que tontadas. Hay mimbres suficientes para salvar el proyecto, pero pasa por una profunda reestructuración interna, por una toma de conciencia de sus actuales dirigentes y cambios de calado. Menos «ombliguistas» y más currantes capacitados. Es imprescindible un congreso extraordinario donde se redacten unos nuevos estatutos que no le tengan miedo al afiliado de base, más bien al contrario, que cuenten con él. Necesitamos un partido democrático en sus estructuras internas y no los estatutos de Corea del Norte. Quizá también una mayor separación entre la parte orgánica y la institucional. Son muchos los cambios, pero tan solo haciendo frente a los males que nos persiguen desde hace años, Ciudadanos tendrá una oportunidad de ser ese partido que España necesita.

Y, para terminar, por favor, basta de frases del tipo de "no hemos sabido comunicar bien para movilizar a nuestro electorado". ¡Mentira! Lo has hecho perfectamente. Precisamente por eso se han quedado en casa o se han ido a otro partido. Tampoco sirven las frases típicas de manual de autoayuda barato como, por ejemplo, "entre todos lo conseguiremos", como si la simple voluntad fuera suficiente, o "ahora toca estar todos unidos". ¿En serio? ¿Unidos para tirarnos por el barranco? Sin duda, el principal enemigo de Ciudadanos es el propio Ciudadanos. No hay más solución que acometer cambios profundos, con valentía y determinación.

Ahora o nunca.

[ Vicente Raga | concejal de Ciudadanos en Alboraya y escritor | @Vicent_Raga ]

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