En defensa de nuestro patrimonio cultural

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El último fin de semana de febrero se daría el pistoletazo de salida de las fallas. A los pies de las majestuosas Torres de Serranos, miles de falleros y falleras se entusiasmarían con las palabras de las falleras mayores invitando a todo el mundo a las fiestas falleras.

Hace un año arrancaban unas fiestas que se vieron abruptamente suspendidas por la expansión desaforada del virus de la Covid-19.

A esta suspensión en 2020, se suma la gran incertidumbre en el desarrollo de las fiestas en el presente año, pues aún no hay certeza de si acabarán desarrollándose en otras fechas distintas a marzo.

Esa situación está generando gravísimos perjuicios económicos a sectores económicos y culturales vinculados al mundo de las fallas: pirotécnicos, artesanos de la indumentaria tradicional, orfebres, artistas falleros y músicos. El panorama es desolador, y como en tantos ámbitos de la gestión de la crisis social y económica generada por la pandemia, la Administración estatal y autonómica se muestra incapaz de adoptar medidas para evitar la quiebra y desaparición de estos sectores.

Parece que no importe tampoco el hecho de que estas fiestas y los sectores enumerados, pertenecen a nuestro patrimonio cultural inmaterial. Los gobiernos central y autonómico no deben olvidar que la fallas fueron incluidas en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en el año 2016.

Su reconocimiento fue por “propiciar la creatividad colectiva y la salvaguardia de las artes y artesanías tradicionales, por mantener prácticas y los conocimientos vinculados al patrimonio cultural y por celebrar la diversidad colectiva”.

De igual manera, la UNESCO destacó que la indumentaria tradicional es “resultado de la aplicación de técnicas y conocimientos artesanales tradicionales que permiten la confección, diseño y elaboración de la vestimenta, joyas, accesorios y complementos que utilizan hombres y mujeres en la fiesta”.

Los conocimientos artesanales de la elaboración de la indumentaria “son herencia entre generaciones y producto de la investigación de especialistas. Los tejidos utilizados en esta indumentaria, sedas bordadas, han propiciado la conservación y utilización de antiguos telares manuales para su elaboración”.

Nuestro patrimonio cultural debe preservarse, a la vez que se han de articular planes de choque urgentes y contundentes para evitar la desaparición de tradiciones artesanales en la indumentaria u orfebrería, así como proteger a los demás sectores vinculados a nuestra fiesta más internacional.

Desde el sector de artesanos de la indumentaria tradicional festiva de la Comunidad Valenciana se han solicitado la adopción de medidas y acciones para asegurar la salvaguardia, preservación, protección, promoción, transmisión y revitalización de las técnicas artesanales tradicionales de los industriales sederos, indumentaristas y orfebres, actores esenciales en el espacio cultural de las fallas.

Con este artículo me sumo a sus peticiones. Si no protege nuestro patrimonio cultural inmaterial estamos condenados a ser más pobres cultural y socialmente.

[ Fernando de Rosa | senador del PP por Valencia | @fernandoderosa4 ]

 

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