Innumerables son los reveses judiciales que el Botànic ha recibido en estos 6 años al frente de la Generalitat Valenciana, por su deriva sectaria y contraria a la libertad de todos los valencianos. El último episodio de este gobierno autonómico en su cruzada, parada por los tribunales, contra todo aquel que no comparta su ideología, es la policía lingüística, hermana de la impuesta también por el Govern independentista en Cataluña. Una policía del pensamiento encargada de controlar que la ciudadanía utilizara el valenciano en su día a día, de forma coactiva.
Este Consell tiene una forma de entender y fomentar la cultura valenciana, si es verdad que es lo que quieren, a través de la imposición, con complejo de superioridad. Y esto, lo único que hace es desprestigiar y faltar a nuestra rica y extensa cultura. Su modelo, incluido el lingüístico, pasa por la confrontación y la convivencia hostil entre los diferentes territorios, para de manera sigilosa y paulatina convertir la Comunitat Valenciana en un calco de Cataluña, pero no de la Cataluña real, sino de la Cataluña imaginaria y ensoñada que sus socios de ERC pretenden imponer.
La forma más efectiva y fructífera de fomentar una cultura, una lengua, un ideario es a través de la libertad de las personas, dejando que vean las bondades y la riqueza de esa cultura, y por su propia convicción decidan. Las imposiciones, obligaciones y persecuciones suelen tener el efecto contrario al deseado, y más cuando el fin último es desvirtuar y borrar la cultura de todos imponiendo otra imaginaria y basada en elucubraciones de los que quieren romper el proyecto común. Somos Comunitat Valenciana, aunque desde instancias superiores se vean con buenos ojos denominaciones excluyentes e irrespetuosas con nuestra sociedad.
PSPV y Compromis han de dejar a un lado el sectarismo y centrar sus esfuerzos en la ciudadanía de la Comunitat. Olvidarse de enfrentarnos según como pensemos o hablemos, dejar de perseguir a los que no piensan como ellos, abandonar la constante comparación con otras comunidades, y empezar a gobernar para todos los valencianos. Y en caso de querer copiar a otra región, coger lo positivo, no lo que va contra los derechos y libertades. En vez de convertir la Comunitat en un infierno fiscal, reducir la carga impositiva para permitir respirar a las familias y atraer nuevas inversiones, o lo que es lo mismo, favorecer la creación de empleo. Por ejemplo.
[ Amparo Folgado | Portavoz Grupo Popular Ajuntament de Torrent | @amparofolgado ]