Liebreich dirige con maestría a la Orquesta de Valencia en el concierto homenaje a José Iturbi

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El magnífico espacio interior de La Lonja acogió el concierto extraordinario dedicado a José Iturbi rememorando la etapa parisina del músico valenciano. Bajo dirección de Alexander Liebreich, la Orquesta de Valencia ofreció un verdadero y brillante cocktail de piezas francesas donde los aires expresionistas, las innovaciones rítmicas, las elegantes compases de las cuerdas y el glamour modernista cautivaron en cada una de las composiciones del programa.

Liebreich junto a la arpista Luisa Domingo y la OV. (Foto-Live Music Valencia).

La obra ‘Homenaje a Debussy’, de Iturbi, abrió el concierto enseñando las sutilezas que el compositor asimiló, de uno de más admirado autores, al tiempo que Liebreich dibujaba con mimo la participación de la orquesta hasta conducir el sonido a un puro juego emocional. Claude Debussy y su ‘Danses sacrée et profane’ dio paso a la llegada de la arpista Luisa Domingo que con una mágica naturalidad dotó de vida a su instrumento explorando los tonos y riquezas armónicas que la doble composición pedía. La mano  Liebreich ofreció sus mejores dotes de prestidigitación al permitir que Domingo conversara con las cuerdas de la orquesta tanto en la gravedad de la sección ‘sacra’ como en la sincopada parte ‘profana’. Los aires parisinos gobernaban el concierto al gusto de la etapa francesa de Iturbi.

Liebreich junto al violonchelista Alban Gerhardt y la OV. (Foto-Live Music Valencia).

El Concierto para violonchelo y orquesta nº1 de Camile Saint-Saëns marcaba el ecuador del homenaje y para ellos se contó con la excepcional  participación de Alban Gerhardt que con su violonchelo Matteo Gofrille, de 1710, mostró las excelencias de esta pieza en sus tres movimientos. Puro lirismo en sus líneas melódicas que al llegar al final (‘molto maestrosso’)  expone la complejidad de una trabajo lleno de matices que van desde la pasión al divertimento sin romper su base estructural. Brillante Gerhardt y soberbio Liebreich generando tonalidades cuasi ‘impresionistas’ tan elegantes como una fiesta de la Belle Époque. Y llegó el turno de un conocido de Iturbi: Ravel.  ‘La Tombeau de Couperin’ es un homenaje de Ravel a la música francesa del s. XVII y XVIII donde explora las bases rítmicas del barroco para acercarlo al s. XX. Juego apasionado entre la danza (precioso el fragmento del ‘Menuet’) y la solemnidad del ‘Rigaudon’, Liebreich aprovechó la ocasión para disfrutar de los movimientos vivos de preludio hasta conducirlo al pasaje más sobrio del último fragmento.

La Llotja acogio un concierto homenaje a José Iturbi. (Foto-Live Music Valencia).

El final del concierto se reservó para Gabriel Fauré, otro admirado creador de Iturbi, que con su ‘Pavane’ acercó el sello francés del concierto a los aires de España. Bellísima interpretación de una pieza intimista y con ecos hispanos que en su brevedad, no llega a los siete minutos, desvela su pureza melódica y el enorme talento de Fauré.  Magnifica programación la del Palau de la Música en su homenaje a Iturbi y deseamos que Alexander Liebreich vuelva a pronto a dirigir a los magníficos integrantes de la Orquesta de Valencia.

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