Que todos lo supiéramos -o debiéramos saberlo- no nos libra del disgusto. Especialmente a los muchachos de la prensa. Es como lo de hacerse viejo. Todos sabemos que peinaremos canas -o que, como un servidor, no nos peinaremos- pero no por ello deja de tocarnos las narices empezar a necesitar tres días para recuperarnos de una noche de farra.
El Valencia C.F S.A.D tiene dueño desde que Bankia aceptó las garantías en forma de aval personal de Peter Lim para la refinanciación de la deuda del club, y el dueño manda. Y, además de decidir qué jugadores vestirán la elástica blanquinegra y quién los entrenará, Lim y su equipo son los que deciden ahora cómo se van a reestructurar las parcelas administrativas del club, si falta o sobra personal o la política de comunicación y relación con los medios. Y pueden hacer lo que les salga del murciélago, porque para eso es suyo.
Hace unos días, el Valencia C.F. S.A.D, a través de un comunicado, fechaba para el día 1 de diciembre la Junta General Extraordinaria en la que se modificarán los artículos necesarios para acomodar la Sociedad Anónima Deportiva a su nueva situación accionarial y a los deseos de su nuevo dueño. Hasta ahí, todo relativamente normal y todo el mundo relativamente tranquilo.
Sin embargo, hace unas pocas horas, el Valencia C.F. S.A.D comunicaba a la prensa las normas de obligado cumplimiento para asistir a dicha junta. Las podéis consultar en el documento adjunto.
A partir de ahí, opiniones de todos los tipos y desde todas las trincheras y, como a un servidor le encanta todo lo relacionado con la comunicación de empresa, he decidido escribir este artículo. Porque esa es una parte importante a tener en cuenta al analizar este caso: el Valencia C.F.S.A.D, es una empresa. Un Sociedad Anónima Deportiva.
Sin embargo, aunque al Valencia C.F.S.A.D solo se le pueda obligar a ceñirse a la estricta legalidad que marca la Ley de Sociedades de Capital, en lo referente a la comunicación de empresa, no hay leyes. Cada uno hace lo que considera oportuno. Unas políticas de comunicación funcionan y convierten en reputados expertos a los que las diseñamos y otras fracasan estrepitosamente y nos hunden en la mierda o nos mandan a la cola del paro, que, hoy por hoy, viene a ser lo mismo.
¿Y qué ha hecho el Valencia C.F.S.A.D?. Pues ha prohibido la retransmisión de la junta por parte de cualquier medio de comunicación en cualquier formato audiovisual, radiofónico o a través de las redes sociales.
Dicho así, y tratando de sacarlo de quicio, da la sensación de que el Valencia C.F.S.A.D quiere ocultar lo que puede pasar en esa Junta. Que el ojo de Sauron se ha posado sobre el club y que la oscuridad se ha cernido sobre la tierra media de Mestalla… y tampoco es eso.
Los medios estarán presentes y realizarán sus crónicas. Y los redactores gráficos tomarán sus fotos y grabarán sus videos para apoyar los textos de las noticias. El día 2 de diciembre todos podremos leer “en los papeles” qué paso en la Junta General Extraordinaria de accionistas del Valencia C.F.S.A.D y, muchas horas antes, todos habremos podido leer en Internet decenas de crónicas y artículos de opinión de lo allí acontecido.
Lo que no se va a poder ver es el circo que envuelve habitualmente a este tipo de Juntas “balonpédicas”. A todas. Porque que me digan a mí qué club se libra de tener entre sus accionistas a redactores de verso libre que buscan su minuto de televisión para gloria propia y de palmeros de salón y barra fija.
Me da la sensación – no lo he hablado todavía con nadie del Valencia C.F.S.A.D – que la intención es tratar de evitar esa imagen de circo de tres pistas en el que se venían convirtiendo las Juntas de Accionistas. Ofrecer al mundo una imagen más seria del club. En definitiva, que ningún amigo de Lim se le pueda cachondear después de ver las imágenes de la Junta y le diga en una terraza de Mónaco algo así como “macho, ¿pero qué te has comprao”.
Dicen que desde el club se han tomado estas medidas para proteger a sus accionistas. Yo creo que se han puesto estas normas para proteger la imagen de Peter Lim, precisamente, de una parte del accionariado. Y están totalmente en su derecho.
Una de las labores más importantes de cualquier director de comunicación y/o marketing es generar una imagen de su empresa o producto acorde a sus intereses. Pongamos un ejemplo. Si usted tuviera unos abdominales definidos, unos hombros regios y un rostro de belleza clásica ¿a que no pondría en su tarjeta de visita una foto que airease su evidente microfalosomía?. No lo haría. Y el Valencia C.F.S.A.D. tampoco. Eso se llama marketing y, como todos lo están pensando, lo diré yo también porque es cierto: lleva intrínseco cierto grado de manipulación de la realidad.
Entiendo a la prensa
Yo he estado en esa trinchera. He trabajado en medios de comunicación más de 10 años y entiendo que para un periodista es una guarrada que no le dejen hacer su trabajo en total libertad.
Decía en Twitter hace un rato que las Juntas del Valencia C.F.S.A.D. “eran un circo por los payasos, no por los que las retransmitían”, pero añadía que, “si los sigue habiendo”, entendía que el Valencia C.F.S.A.D. tratase de dar otra imagen manipulando – o seleccionando, si lo prefieren – las imágenes que trascienden del acto.
Por mucho que haya quien se empeñe en asegurar que Salvo ha faltado a su palabra de buscar la transparencia en el club, hoy por hoy, informados vamos a estar. La prensa estará allí y nos lo contará. Al minuto, incluso. De eso no cabe duda porque conozco a gran parte de la prensa deportiva de Valencia y en el 99% de los casos son grandes profesionales. Y, al final, el club pondrá todas las facilidades a los compañeros para que hagan su trabajo. Lo que no hará el Valencia C.F.S.A.D. a partir de ahora - por lo que se ve - es convertirse en una chirigota y además permitir que el mundo entero lo vea.
Es lo que haría cualquiera con su empresa. Por si no se han dado cuenta por la cantidad de veces que he puesto en este artículo lo de S.A.D., el Valencia C.F. es una empresa y, por suerte o por desgracia, nos tendremos que ir acostumbrando en esta ciudad a dejar los circos de tres pistas para los payasos… y los enanos.
Eduardo González | Periodista | Marketing y Comunicación de empresa | @egonzalez_calcu |