José David (MasterChef): "Como buen valencianista, me encantaría cocinarle a Soldado"

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jose-david-paterna-masterchefJosé David es ingeniero informático de profesión pero, cuando se emancipó, descubrió una afición que lo ha hecho célebre: la cocina. Con la firme propuesta de comer bien aunque viviera solo y tuviera que cocinar él, José David se metió de lleno en los fogones y, tras realizar un curso de iniciación, fue perfeccionando su técnica y experimentando. Esa afición lo llevó a ser uno de los elegidos para la primera edición del concurso MasterChef, un reality basado en la cocina que ha conseguido una importante cuota de pantalla durante su emisión en Televisión Española.

Tras su paso por el programa de talentos, el paternero José David, aunque realmente es de Massamagrell desde donde se mudó en 2007, nos cuenta a Hortanoticias y a Viu Paterna su experiencia y sus planes de futuro. Considerado uno de los participantes más polémicos de esta primera edición por su fuerte competitividad, entramos brevemente en su cocina para conocer más a fondo a este vecino entre fogones, cacerolas y buenas recetas.

Hortanoticias: ¿A quién te gustaría prepararle un buen menú?

José David: Como buen valencianista, me encantaría cocinarle a Soldado, porque lo considero un crack en todos los sentidos, tanto como persona como futbolista. Y teniendo en cuenta lo cerca que está la Ciudad Deportiva… me encantaría tener la oportunidad.

H: ¿Se te ocurre algún personaje de la comarca de l’Horta a quien te gustaría prepararle la comida?

JD: Mmm… me quedo en blanco ahora [ríe], es difícil pensar en alguien después de Soldado, pero estaría encantado de cocinar para cualquier personalidad cultural o deportiva de la comarca.

H: ¿Qué restaurante recomendarías de l’Horta?

JD: Pues… [se lo piensa bien] Ca Pepico sería una muy buena opción, por su fusión de cocina tradicional valenciana, productos de la huerta y calidad.

H: Ya te han preguntado mucho sobre el programa… resume la experiencia en una frase.

JD: Me quedo con lo positivo y con la experiencia, porque me ha cambiado la vida. Todavía me acuesto y me levanto pensando en el programa. Aunque contaba con una buena base técnica, he aprendido mucho, como la experiencia de trabajar en equipo, cocinar para 100 personas o hacerlo bajo presión, es una oportunidad única y me quedo con eso.

Bueno, más que una frase es una reflexión [ríe] porque no todo ha sido bueno, y eso también cuenta, pero al fin y al cabo es televisión y tienen que dar “vidilla” al espectador. La verdad es que muchas veces no era consciente de las cámaras, y quizás ese fue el error: no tenía la sensación de estar en un show y en algunos momentos se exageró una imagen con la que no me identifico.

H: Entontes, ¿volverías?

JD: Sí, por supuesto. Eso sí, cambiaría muchas cosas [ríe], no iría tan en serio y procuraría estar más relajado, para disfrutar del momento.

H: A muchos espectadores les habría gustado ver más cocina y menos espectáculo centrado en las relaciones personales ¿estás de acuerdo?

JD: Sí, al 100%. De hecho, otras versiones extranjeras del programa siguen más esta línea. Es lo que comentaba antes, me olvidaba de las cámaras y me metía profundamente en mi mundo de la cocina; realmente me veía como cocinero de mi restaurante, con un jurado al que sorprender, y no conseguía relajarme. Me centraba más en la competición, pero eso sí, con respeto y sin pisotear a nadie. De hecho, cuando tuve la oportunidad de cambiar a Maribel en una de las pruebas lo hice porque realmente pensaba que era lo mejor para el equipo, y se interpretó al revés, fuera de toda mi intención.

H: Después de todo ¿qué consejo darías a los próximos concursantes?

JD: Saber dónde estás, que se trata de un concurso, escuchar mucho a todos los que te rodean: desde tus compañeros hasta el jurado y los chefs, y tomarlo con mucha calma para quitarte los nervios de encima.

H: ¿Te quedaste con las ganas de haber hecho algún plato o menú durante el concurso?

JD: Pues precisamente el menú de la final [ríe]. Iba a hacer de entrante un atún rojo con salicornia, rábano y crema agria; para el primer plato un guiso de molleja de cordero y anguila ahumada, y de postre un arnadí de calabaza y almendra con crema de café y cereales.

H: De los chefs invitados ¿con cuál te quedas?

JD: Ferrán Adriá. Me habría encantado cocinar para él en la final, aunque al menos tuve la oportunidad de conocerle y charlar un rato con él. Aunque me quedo con todos, me encanta Quique Dacosta por su tipo de cocina, he cenado allí algunas veces y es muy creativa, innovadora y diferente. Si no pasa nada, tengo muchas ganas de hacer las prácticas con él en agosto.

H: Con esta oportunidad, la firma de libros, las entrevistas… está siendo una buena promoción ¿no?

JD: Ha sido espectacular. Ahora hemos estado con la firma del primer libro del concurso y las entrevistas con los medios sin parar. Estuvimos totalmente desconectados tres meses durante el concurso, sin televisión, sin móvil, radio, internet… solo podíamos llamar 10 minutos al día. Así que al volver nos encontramos con que todo el mundo te llamaba, te paran por la calle, en el supermercado… choca bastante la verdad. De hecho, al encender el móvil después de tanto tiempo se me bloqueó por la avalancha de mensajes.

H: Hace poco Maribel comentaba en una entrevista que tuvo buena relación contigo aunque la gente crea lo contrario ¿a qué concursante le regalarías una bandeja de cachaps?

JD: [Ríe] La verdad es que todos nos llevamos estupendamente, hablamos prácticamente todos los días, y vivimos las despedidas de forma muy emotiva. De hecho se nos saltaron las lágrimas cuando Maribel y yo nos despedimos. He mantenido una relación más cercana con Eva, Cerezo y José Luis, pero compartiría la bandeja con todos.

A diferencia de lo que se veía en el programa, en la casa en la que estábamos había muy buen ambiente, y para haber pasado tres meses conviviendo aislados, sin conocernos de nada, nunca pasó nada más allá de alguna riña sin importancia.

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