El Teatro Talía de València estrena, desde este miércoles y hasta el próximo 25 de septiembre, 'Els Villalonga', una comedia de Ramon Madaula adaptada para el público valenciano por la compañía L'Horta Teatre, que se adentra en los problemas de una ficticia familia burguesa valenciana, pero siempre con "sentido del humor" y contados de "una manera entretenida".
La función, dirigida por Carles Sanjaime es una producción adaptada por Juli Disla para L'Horta Teatre a partir del texto original de Ramon Madaula. Según explicó Disla "el texto de Madaula está muy arraigado a la sociedad catalana", ya que la historia se enmarca "dentro de una familia perteneciente a la burguesía catalana", por lo que precisó "que, sin la adaptación, el público valenciano no entendería el mensaje".
Así definió el montaje Juli Disla, que presentó este martes la obra en una rueda de prensa junto con los actores Lucía Poveda, Bruno Tamarit y Alfred Picó, y el director del montaje, Carles Sanjaume.
La función, en definitiva, busca que "el público se reconozca fácilmente" y sobre todo "se identifique rápidamente con los problemas de unos personajes que pueden haber visto en sus pueblos o a su alrededor", y esto hace que "la comedia fluya mejor", defendió Picó.
La obra cuenta con un reparto de tres actores, el primero de ellos, Alfred Picó, como Paco Villalonga; Lucía Poveda, como Anna Villalonga, y Bruno Tamarit, como Pau González.
La trama se inicia cuando llega un nuevo miembro a la familia de Paco Villalonga, el cual no piensa consentir de ninguna forma que su legado, en este caso su apellido, no se perpetúe por la caprichosa decisión de su "consentida y estimada" hija Anna, y de su cómplice y yerno, Pau.
A esta familia le ha llegado la hora de decidir, de mirarse frente a frente y revelar como son de consistentes los principios de cada uno de ellos; y el más importante, saber si todo esto tiene algo a ver con la felicidad.
Sanjaime incidió en "la importancia del apellido" en la obra, y de cómo este conflicto desemboca en otros aspectos como "la moral, la actitud, la ideología", y de cómo este último lleva a la relación entre "la coherencia y los principios" propios, algo que puede resultar en una "carga muy pesada que no te deja avanzar".
En este sentido, Lucía Poveda destacó que "el tema de la identidad cambia entre las dos generaciones", y añadió que "no es lo mismo cómo vive la identidad Paco y su generación, y como lo hacen Pau y Anna, que para ellos la identidad no pasa por el apellido".
"No es un nombre ni es un apellido, son muchas más cosas", completó Bruno Tamarit. Asimismo, preguntado por si en esta obra se habla sobre algo más profundo que cambiar un apellido, Tamarit aseveró que "este es un debate que el público puede tener a la salida". En esta línea, "cuando todos los personajes se ponen a defender sus ideas o sus principios hasta extremos, acaban de forma muy patética", resaltó el director del montaje. Igualmente, Disla incidió que "todos los personajes están desdramatizados desde el principio, tanto el señor burgués, como el yerno, la hija y también los que no salen, pero que están latentes “.
"El autor no se posiciona de una manera seria, tiene guasa todo el tiempo", sostuvo el encargado de la adaptación de la obra, que invitó al público a "descubrir esta comedia en el teatro".