El voluntariado socio-ambiental de la Cruz Roja comienza su labor en La Devesa

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Este sábado arranca la labor del personal de voluntariado socio-ambiental en el Monte de la Devesa del Parque Natural de L’Albufera, en el marco del proyecto para la sensibilización, información y prevención de incendios forestales en este entorno, que el Ayuntamiento lleva a cabo con la colaboración de Cruz Roja.  Como en años anteriores, se han ofertado 468 puestos de acción voluntaria, y el servicio se prestará en patrullajes de 6 personas hasta el día 27 de septiembre en fines de semana (sábados y domingos), en turnos de mañana y tarde.

El vicealcalde, Sergi Campillo ha agradecido a Cruz Roja «su contribución a la protección del bosque de la Devesa y su compromiso medioambiental». «Ya son varios años los que llevamos a cabo esta labor, con mucho éxito de participación de voluntariado». Campillo ha puesto en valor este trabajo de sensibilización a las y los visitantes de la Devesa por parte de este equipo, «que efectúa una gran labor de información en la prevención de incendios y sobre las prácticas más adecuadas y compatibles con la conservación de nuestro bosque más importante», ha añadido.

El Ayuntamiento de València firmó un convenio de colaboración con la Cruz Roja Española en el año 2016, dirigido a impulsar la conservación y recuperación de los espacios naturales del término municipal. El proyecto de voluntariado se enmarca en este convenio, por el que se garantiza la presencia de un equipo humano estable, compuesto por voluntariado capacitado, que vela por la protección del espacio natural y promueve la concienciación medioambiental. Además, este año el personal voluntario informará también a la ciudadanía sobre la gestión adecuada de los residuos provenientes de la crisis por COVID-19 (guantes y mascarillas). La base de los voluntarios se localiza en la Casa Forestal del Saler.

La campaña  se desarrolla a través de tres tipos de acciones: vigilancia  y control; detección de irregularidades; y realización de encuestas a las personas visitantes. Las labores de vigilancia  incluyen la prevención de posibles situaciones de riesgo de incendio e información a las y los visitantes; en segundo lugar, se pretende detectar irregularidades relacionadas con el incumplimiento de la normativa fundamental de protección de este espacio y con el estado de los elementos y mobiliario que integra la Devesa. Finalmente, el personal realizará encuestas para conocer las características e inquietudes de las personas visitantes de la Devesa.

Para facilitar todas las acciones, la Devesa se dividirá en tres zonas: Norte, desde la Creu hasta el tallafoc de la Rambla (es la zona de menor en superficie, pero con mayor concentración de visitantes); zona Media, desde el tallafoc de la Rambla hasta la Gola de Pujol (zona mediana en superficie y menor concentración de visitantes); y zona Sur (desde la Gola hasta el límite con el Parador del Saler (la más amplia, pero con menor concentración de personas).  Cada fin de semana los voluntarios realizan un parte con las incidencias detectadas y su localización, que el Servicio de Devesa-Albufera se encarga de subsanar. Además, la personas coordinadoras de los equipos están en contacto con los guardas forestales quienes avisan en caso de que se requiera la presencia de Policía Local.

Lograr la implicación de las personas visitantes

Tal como ha destacado el delegado de Ecología Urbana y concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, «durante los últimos años, el número de visitantes de la Devesa ha aumentado considerablemente; por eso, poder contar con la labor que realiza el voluntariado de la Cruz Roja los fines de semana de verano es muy positivo». Su tarea es resulta «fundamental para la protección de este espacio», ha añadido el regidor, dado que incrementa la implicación y colaboración de las personas visitantes en la conservación del ámbito.

Para el desarrollo óptimo de sus funciones, técnicos municipales forman al personal voluntario sobre las características y los valores de la zona. Asimismo, se entrega a cada voluntario y voluntaria un equipo (camiseta, botella-cantimplora y picnic) que este año incluye un portabocadillo de tela reutilizable, con el objeto de reducir el uso de plástico y papel de aluminio.

Desde la puesta en marcha en 2016 de este proyecto medioambiental no se ha producido ningún gran incendio en este paraje, lo que contrasta con los 34 incendios que se produjeron entre los años 2005 y 2015, lo que también refleja la efectividad de este tipo de intervención de voluntariado socioambiental. De hecho, la superficie quemada desde 2016 en los dos únicos episodios de fuego detectados apenas afectó a poco más de 340 metros cuadrados (11 m2 en 2017, 280 m2 en 2018 y 50 m2 en 2019: 342 en total). Desde el año 1968, la superficie calcinada total en la zona supera los 2 millones de metros cuadrados (2.070.354 m2).

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