El Pleno de València aprueba la nueva ordenanza de protección contra la contaminación acústica

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El Pleno del Ayuntamiento de València ha aprobado, con los votos a favor del equipo de gobierno y la abstención de la oposición, la nueva ordenanza de protección contra la contaminación acústica, que sustituye la de 2008, y que modifica 40 artículos, 5 anexos y una disposición transitoria del texto actualmente en vigor. La nueva ordenanza, que recoge muchas de las demandas realizadas por el vecindario y varias entidades sociales y empresariales, introduce, entre otros, la obligatoriedad de que las actuaciones musicales en la vía pública o en los locales especializados dispongan de un limitador registrador para controlar los niveles de ruido así como la posible exigencia de un estudio acústico previo a la autorización de mesas y sillas en las terrazas.

Igualmente, la norma modifica el artículo 59 que hace referencia a las actividades de artes escénicas que puedan generarse en edificios residenciales como una excepción a las prohibiciones existentes en esta materia, lo que constituye una reivindicación histórica del sector teatral. Además, añade una modificación en el artículo 60, que exige una distancia de 30 metros entre locales sometidos a la normativa de espectáculos públicos como medida para evitar la acumulación en zonas potencialmente saturadas. También se han introducido modificaciones en materia de toques de campana y relojes, a las que se dedica un capítulo y un anexo, y que han sido abordadas en colaboración con el Arzobispado de València.

Pleno municipal de Valencia correspondiente al mes de febrero
Pleno

El concejal de Calidad Acústica, Giuseppe Grezzi, ha mostrado su “satisfacción por esta ordenanza que nos permite tener un marco legal y que afecta directamente a la calidad de vida de la ciudadanía”. El concejal, quien ha dado las gracias por las aportaciones de partidos políticos y servicios municipales, ha destacado especialmente “la participación ciudadana, ya que hemos recibido muchas alegaciones de entidades ciudadanas, cada una con sus preocupaciones”.

Grezzi ha destacado especialmente que el nuevo marco normativo “pretende hacer compatibles las actividades económicas con el descanso del vecindario y la vida normal porque la articulación de un barrio depende de esto”.

Por su parte, la concejala del Partido Popular, Julia Climent, considera “importante disponer de una regulación actualizada de la normativa porque la actual tiene quince años y necesita ser actualizada para que pueda ser útil”. Aun así, la concejala ha reprochado “la excesiva demora en aprobar la ordenanza, que ha tardado cerca de dos legislaturas” y que no será “la panacea ni el remedio definitivo para el ruido”.

El concejal de Ciudadanos, Narciso Estellés, cree que “la ordenanza de contaminación acústica está muy sola” y necesita la aprobación de otras normativas “como la de civismo y convivencia y como la de apartamentos turísticos para que exista un vínculo entre normativas”. Estellés también ha solicitado la actuación del “Observatorio de Turismo, un instrumento de control que no está interviniendo” y considera que “la ordenanza de contaminación se ha demorado y ha tardado cerca de ocho años en aprobarse”.

El concejal de Vox, Vicente Montañez, cree que “este gobierno aprueba ordenanzas que, después, no aplica porque, de hecho, es lo que ha pasado con el botellón”. Según Montañez, “esta normativa no sabemos para qué servirá ni como encajará con la ciudadanía y, por lo tanto, la revisaremos cuando gobernemos”.

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