El Arzobispo oficia en Alcàsser la misa exequial de la feligresa fallecida cuando regresaba de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

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Alcasser. Misa feligresa fallecida en el viaje a Roma canonizacion Juan Pablo II y Juan XXIII

El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha presidido en la parroquia San Martín Obispo de Alcàsser la misa exequial de Francisca Romaguera Almudéver, de 54 años y feligresa de esta parroquia, que falleció de un ictus cerebral cuando regresaba de Roma en autobús tras haber participado en la misa de canonización de San Juan XXIII y San Juan Pablo II que presidió el papa Francisco el pasado domingo.

Francisca Romaguera, que además era catequista e integrante de las comunidades neocatecumenales de la parroquia de Alcàsser, estaba casada y era madre de tres hijos, uno de los cuales, que le acompañaba en la peregrinación organizada por otra parroquia de Torrent, “alertó de la repentina indisposición de su madre” cuando el autobús en que viajaban había salido ya de Roma en la noche del pasado domingo y se encontraba a unos 20 kilómetros de la capital italiana, según han indicado a la agencia AVAN fuentes del Arzobispado de Valencia.

“A pesar de ser atendida en el autobús por una enfermera integrante de la peregrinación y de la rápida llegada de dos ambulancias italianas y de efectivos de los Carabineri”, Francisca Romaguera falleció a los pocos minutos. Sus restos mortales han sido repatriados este miércoles por vía aérea a Valencia y conducidos al tanatorio de Silla, según las mismas fuentes.

“El fallecimiento de Paqui nos impresionó a todos mucho, porque había vivido muy intensamente la canonización, se sentía muy feliz”, ha indicado a la agencia AVAN el sacerdote Pablo Aranda, titular de la parroquia Sagrada Familia de Torrent, organizadora de la peregrinación a la que se habían sumado 14 feligreses de la parroquia de Alcàsser.

“Mientras intentaban reanimarla la enfermera y los efectivos de la ambulancia, todos los demás pasajeros permanecieron rezando el rosario por ella”, ha añadido el sacerdote, que ha destacado “el clima de oración que se mantuvo luego en el regreso”.

Francisca Romaguera era, además, “una mujer muy querida en Alcàsser y muy integrada en la parroquia, en la que, aparte de catequista, formaba parte de varias cofradías”, según ha indicado a AVAN el párroco de Alcàsser, Juan Bautista Antolí Francés. “Sus ocupaciones principales eran su familia y su hogar, como ama de casa, pero también el servicio en la parroquia y la ayuda a los demás”.

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