Carta a Julietta, 002 “Ya se verá”

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Te miraba lejos, pero no lejana. Observaba tu quietud y como se te movía la blusa con el roce de la brisa en ese plácido atardecer. Yo detrás de ti, lejos, pero no lejano. Los dos mirando el sol rojizo que, poco a poco, se fundía con el horizonte, y con él, queríamos que partieran nuestras penas, nuestros dolores, nuestras angustias. Deseábamos que la luna llena, que se asomaba tímidamente, nos llenara de serenidad, de un estar bien que no rechazaríamos.

El día había sido un poco duro. A pesar de que nuestra distancia física la podíamos contar en metros, la necesidad de sentir el suave calor de un beso, de una caricia, de un abrazo, se hacía casi indispensable. El calor de nuestros cuerpos abrazados, el uno con el otro, y notar el aliento que nos acaricia parte de la cara y el cuello, nos hace sentir incondicionalmente amados, perpetuamente, un solo sentimiento.

Hablamos sí, hablamos y siempre llegamos al "TEMA", sí, a ese tema del que dices que también nos gusta hablar. Y, por qué no? Es muy importante hablar, aunque sea con la mirada, con la sonrisa, con las caricias, con los besos. Hablamos y reímos, sí, reímos, aunque sea de nosotros mismos, nos hace más libres. Reírnos de los demás es querer ocultar nuestro miedo a ser considerados nadie.

Soñamos, y en nuestros sueños siempre llegamos al día en que, abiertamente, gritamos al mundo todo lo que a escondidas sentimos. Sí, soñamos, y en nuestros sueños no hay ningún obstáculo que nos pueda detener, que pueda hacer estorbo a nuestros sentimientos. Si hubiera obstáculos, seríamos tú y yo, en el caso de no querer ser y estar lo que ya somos y estamos. Sí, soñamos y también lo hacemos despiertos, pero con los ojos cerrados, de esta manera, nuestros sueños, son una realidad veraz, una realidad que será, sin lugar a dudas. Con los ojos cerrados, y despiertos, nuestros sueños no son una realidad falseada, la que ven nuestros ojos al estar abiertos y despiertos, una falseada realidad que no nos conlleva ningún beneficio, sino que, sin casi darnos cuenta nos puede destruir lentamente.

No hacemos planes para el futuro. Somos conscientes de que el futuro es hoy, que mañana será otro hoy y que lo vamos a vivir igual que hoy, disfrutando de todo, de nosotros, de nuestros sentimientos. No planificamos nuestras vidas, no es que las dejamos al azar, no, vivimos el día a día sin saber que haremos y dónde estaremos mañana, pero seguros de que nuestros sentimientos no se desvanecerán. Nada hablamos de nuestro futuro, no nos hace falta, sabemos que será lo que nosotros decidimos que sea.

El sol ya duerme y la luna llena se deja acariciar por miles de estrellas y luceros. Su luz se refleja en tus cortos cabellos, consiguiendo que se vuelvan plateados aquellos que en tu cabeza blanquean. Me acerco con cuidado, silenciosamente, no quiero estropear el momento dulce que vives. Beso tu cuello y te abrazo desde atrás, dejas caer tu cabeza en mi pecho y hombro. Te giras, me giro y cogidos por la cintura iniciamos el camino abriendo nuestros claros sentimientos al mundo. Te amo, me amas, nos amamos.

Sinto petit, 14/04/2018

A Julietta

Sinto Petit | @sinto_Petit | Ganador del I concurso de Tuit-Relatos de Hortanoticias

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