Xirivella ha procedido a la reapertura de la piscina cubierta tras casi medio año de parón por el coronavirus, bajo estrictas medidas sanitarias y todavía en ausencia de los grupos de natación organizada. La reapertura se ha realizado con una jornada tranquila, caracterizada por la plena normalidad y una afluencia limitada.
El servicio deportivo municipal ha establecido un estricto guion de ineludible cumplimiento para todo usuario. La mascarilla es obligatoria en el recinto si no se está nadando o bajo la ducha, el contacto interpersonal está prohibido y en todo momento se informa de los aforos permitidos en cada lámina de agua: 10 personas por calle en el vaso grande y 24 en toda la piscina pequeña. Tampoco se permite la presencia de acompañantes o público en las gradas y se han limitado a la mitad las duchas y lavabos disponibles para garantizar la distancia interpersonal.
El alcalde de Xirivella, Michel Montaner, ha explicado que “desde que iniciamos el proceso de desescalada venimos apelando a la responsabilidad de la ciudadanía para, entre todos, construir espacios de uso común seguros y libres de contagio; la reapertura de la piscina cubierta es una nueva victoria colectiva”.
Por su parte, el concejal de Deportes, Rubén Langa, ha afirmado que “parece mentira que uno pueda llegar a emocionarse por cumplir su obligación y abrir las puertas de una instalación pública, pero de algún modo esa ha sido la sensación que hemos tenido esta mañana el personal técnico y el equipo de gobierno”.