Una joven ucraniana residente en Xirivella relata el horror de la guerra: “A 300 metros de mi casa cayó un misil”

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Lidia es una joven ucraniana que está siguiendo con tristeza e incertidumbre la invasión de Rusia a su país. Es natural de Ivankiv, localizada al norte de Kiev a orillas del río Teteriv y sigue en contacto con su familia pero no sabe qué pasará con ella en las próximas semanas. Hemos podido hablar con Lidia para comprobar cuál es la situación del país y en concreto la de sus familiares y vecinos en Ivankiv.

Lidia empezó a venir a Valencia hace años acogida por una familia dentro de los programas de acogida familiar de la fundación Juntos Por la Vida. Dos años después se ha quedado a vivir aquí, donde ha empezado una nueva vida en la localidad de Xirivella.

Está viviendo con mucha preocupación todos los acontecimientos que se vienen sucediendo en la invasión de Rusia a Ucrania. ''La situación es terrible, los militares rusos disparan a matar en cuanto ven a algún civil'' explica Lidia.

Tras la invasión, el gobierno ucraniano pidió a su población que se uniera a la defensa del país. Miles de civiles voluntarios, algunos sin preparación militar, recibieron armas y se unieron a diversos grupos de defensa territorial.

Desafortunadamente, la familia de la joven no puede abandonar el país puesto que ''no pueden dejar a su hermano, de 25 años. Él fue uno de los voluntarios que en estos momentos se está jugando la vida por su país. ''Están escondidos y apenas cuentan con luz, agua y electricidad. A 300 metros de mi casa hay un misil clavado en la tierra'' afirma la propia Lidia.

''Miedo'' y ''Muerte'' son dos términos que no para de repetirnos durante la conversación. Y es que la joven de Xirivella nos relata como hace escasos días su familia fue testigo de como una furgoneta que intentaba huir de su pueblo fue bombardeada con un padre y un hijo dentro.

Lidia nos explica también la escasez de suministros que está asolando el país. Relata como la gente lleva cuatro días escondida en sótanos y no puede ni por asomo pisar la calle puesto que corre el riesgo de recibir un balazo. ''La gente intentaba ir a las farmacias, a las tiendas, pero es imposible, todo aquel que lo intenta corre mucho peligro'', asegura.

 

''No saben ni cuando les van a caer los misiles''

El caos y la sensación de peligro es tal, que los habitantes de Ivankiv ni siquiera saben si corren peligro de recibir el impacto de un proyectil desde el aire. ''Las alertas han dejado de funcionar. La gente pide ayuda a través de las redes sociales, pero la sensación es que les han abandonado'' afirma Lidia.

Como decimos, los suministros son escasos, y desde Yvankiv y Juntos por la Vida hacen un llamamiento a la solidaridad con el pueblo ucraniano. Medicamentos, comida, agua... todo ayuda es bienvenida.

El operativo que ha puesto en marcha la Fundación Juntos Por la Vida, para la evacuación de menores ucranianos y sus madres hacia Valencia, se está complicando debido a la grave situación que viven, aunque continúa con su objetivo de traer a España el mayor número familias con menores.

Este martes un equipo de la ONG ha salido hacia la frontera de Polonia con Ucrania para realizar ayuda de emergencia y humanitaria a los que vayan llegando por su propios medios y que tienen vínculo con la ONG, y tratar de ayudar en la evacuación a otros refugiados. La situación ha hecho que se modifique su plan original de evacuación.

Muchas familias valencianas están esperando la llegada de la familias ucranianas para acogerlas, pero la ONG les pide paciencia, porque el proceso se alargará. Por el momento no se sabe con exactitud cuantas personas podrán ser evacuadas a Valencia ni la fecha.

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