Sala Russafa transforma su ‘Sesión Golfa’ en una matinal para acoger el humor underground de Miguel Noguera

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La pandemia ha cambiado muchas cosas, desde la manera de relacionarnos a las formas de trabajar o la cesta de la compra. Y ha transformado la ‘Sesión Golfa’ de Sala Russafa en un matinal.

Las restricciones de movilidad nocturna han hecho que Miguel Noguera pase a las 12:30 horas sus funciones de ‘Ultrashow’, previstas para a las 23:00 horas del sábado 20 y domingo 21 de febrero. Un nuevo horario poco convencional para un cómico totalmente al margen de las convenciones.

Por sexto año consecutivo, el escritor, artista plástico y humorista visita el teatro de Ruzafa con esta propuesta que siempre agota las localidades y que va evolucionando con el tiempo. A mitad camino entre la ponencia, el monólogo y el telepredicador, Noguera comparte con el público nuevas ocurrencias, asociaciones mentales y escenas absurdas que forman parte de un humor completamente personal. Un torrente de imaginación donde no tiene cabida el Coronavirus: “nunca me ciño a la actualidad inmediata en 'Ultrashow', así que no hay nada preparado en mención a este tema”, comenta el cómico sobre esta pieza que aparece como un oasis perfecto para la evasión.

Después de visitar otras ciudades españolas, como Sevilla o Málaga, con horario matutino para sus funciones, Noguera reconoce que la experiencia es positiva. “Mi cabeza está más fresca, más ágil a esas horas. Y el público se acaba metiendo bien en el espectáculo”, asegura el humorista quien, a pesar de las mascarillas, recibe las risas del público. “Y sobre todo una especie de calor, de agradecimiento mutuo cuando acaba la función. Me da la sensación de que se produce un momento emotivo por estar juntos en el teatro, cómicos y espectadores, a pesar de todo”.

Una de las imágenes de '7 reinas'.

Lejos del sentimentalismo, más cercano a lo bizarro, lo irónico y lo absurdo, con cierto punto de inocencia, Noguera regresa a Valencia con dos funciones consecutivas este fin de semana. Una ocasión para surcar otros caminos del humor con una propuesta que es mucho más que un show.

Continúa ‘7 reinas’ esta semana

El 12 de febrero volvió ‘7 Reinas’ a las tablas, una década después de su presentación. Pero este jueves 18 es el estreno oficial de la reposición de esta pieza que celebra los 10 años que lleva activa Sala Russafa como centro cultural y docente de artes escénicas.

La que fuera su primera coproducción con la compañía Arden, impulsora del teatro, sirve para recordar y celebrar esta década tratando de dinamizar la escena valenciana. Un trabajo que toca la exhibición, con una programación regular de compañías de toda la Comunitat, pero también nacionales y, en ocasiones, con montajes llegados de otros países como Portugal, Italia, Austria o Argentina. Otra pata es la formación, con el desarrollo de talentos en sus talleres para aficionados y de posgrado para profesionales. La labor se completa con la puesta en pie de espectáculos, incluyendo las residencias creativas de las que disfrutan distintas formaciones, junto a las producciones propias de la sala y de su compañía fundadora.

Un aniversario que Sala Russafa celebra con un espectáculo cargado de compromiso social. ‘7 Reinas’ retrata a siete monarcas de la Historia, mujeres que ejercieron efectivamente el poder teniendo que soportar, por una discriminación de género, el cuestionamiento constante de sus decisiones y de su vida personal.

Para subrayar las injusticias y prejuicios con los que se encuentran, son siete los actores que les dan vida. Sin transformaciones de gestualidad o vestuario, manteniendo su apariencia masculina, se hacen más evidentes los obstáculos que sortearon estas reinas y que todavía han de  salvar muchas mujeres, en pleno siglo XXI.

Chema Cardeña es el autor y director de esta obra en la que la música en directo sirve para hilar las historias. El bajista David Campillos y la cantante Rebeca Ibáñez interpretan minimalistas versiones de canciones como ‘Under Pressure’ (de Queen y David Bowie), ‘La Bambola’ (Patti Pravo), ‘Can’t hurry love’ (The Supremes) o ‘La plus belle pour aller danser’ (Sylvie Vartan) dan nuevas lecturas a las escenas en las que el espectador se asoma a la reafirmación de la homosexualidad, la independencia, el apasionamiento, el maquiavelismo, la soberbia o el sometimiento. Escenas humanas en las que se desvelan miserias y grandezas que, como todo ser humano, tuvieron María Estuardo, Catalina La Grande de Rusia, Isabel La Católica, Cristina de Suecia, Isabel II de España, Juana La Loca y Elizabeth I.

Manu Valls, Saoro Ferre y José Zamit son las nuevas incorporaciones a un elenco que recupera del primer montaje a Jerónimo Cornelles, Juan Carlos Garés y Juan Mandli, junto al propio Cardeña. Y la puesta en escena añade un componente audiovisual para situar históricamente a las protagonistas, a falta de programa de mano, como medida sanitaria.

Es parte de un protocolo que incluye normas como el uso obligatorio de mascarilla en todo momento del personal y público, la distancia de seguridad e higienización previa del patio de butacas, la ventilación de la sala, la toma de temperaturas antes del acceso y la ordenación del tránsito de los asistentes en el interior del centro para evitar aglomeraciones, así como la disposición de dispensadores de hidrogel para facilitar el lavado de manos. Un esfuerzo que busca la protección de los espectadores y trabajadores en Sala Russafa.  Y que convierte la vivencia de acudir al teatro para disfrutar de este espectáculo con toques de humor, reflexiones y emociones, una experiencia cultural comprometida y segura.

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