Sala Russafa acoge el estreno de ‘Fer-te el sopar i altres delícies’

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En un mundo donde cada vez coge más fuerza el discurso de la autosuficiencia, la independencia y el individualismo como camino del éxito, dos actrices y creadoras valencianas decidieron tumbarlo a base de abrazos, de humanidad. Es el germen de ‘Fer-te el sopar i altres delícies’, una pieza surgida del programa ‘Graners de Creació’ y que llega a la cartelera dentro del XI ‘Cicle de Companyies Valencianes’ de Sala Russafa.

Del 18 al 28 de noviembre el centro cultural acoge el estreno absoluto de esta tragicomedia de La SubTerránea, formación fundada por Ester Medrano y Lucía Sáez, que en 2020 fue nominada por segunda vez a los Premios Max, esta vez como autoría revelación por el montaje familiar Federico.

Ambas creadoras e intérpretes están vinculadas a Sala Russafa, de cuya línea docente formaron parte como alumnas y en cuyo escenario han actuado dentro del elenco de algunos espectáculos. Sin embargo, es la primera vez que presentan en este teatro una obra propia, tan propia que nace de las inquietudes que las dos desarrollaron tras ser madres.

Cartel de la obra.

“Después de dar a luz, empezamos a pensar mucho sobre los cuidados. Pero no solo desde el punto de la maternidad. En realidad, los bebés, las personas adultas, los ancianos, los jóvenes, todos nos necesitamos unos a otros”, explica Sáez, para quien la decisión de dedicar tiempo a uno mismo o a otras personas se ha convertido en algo revolucionario.

“En esta sociedad, parece que los momentos que invertimos en parar, reflexionar u observar es tiempo perdido, cuando resulta fundamental en el cuidado propio y de los demás”, comentan desde la compañía.

Absurdo, poesía, humor y situaciones reales

‘Fer-te el sopar i altres delícies’ ha ido conformándose con una investigación previa donde las autoras se han documentado sobre los cuidados con libros de sociología, filosofía y poesía, pero también entrevistas donde han visto tanto el lado de quien los recibe como de quien los procura.

“Queríamos puntos de vista muy distintos, así que hablamos con la responsable de un proyecto de pisos compartidos para jubilados, por ejemplo. Pero también con dos asociaciones, una que trabajaba para el acompañamiento sexual de personas dependientes y otra que se dedicaba a cuidar de los cuidadores, temas que suelen olvidarse, al punto de que, desde que nos entrevistamos con ellas, las dos han tenido que cerrar por falta de apoyo institucional”, señala Sáez.

Tras esta recogida de información, ambas escribieron multitud de textos y escenas. Un material del que, después de una criba, sobrevivió un 10%, que es el que ha ido puliéndose en los ensayos. “Nos gusta crear en un formato de residencia creativa. No partimos de un texto cerrado, sino que hay todo un proceso colaborativo y de experimentación. Empezamos a trabajar este proyecto en febrero de 2020, pero los últimos cinco meses han sido los más intensos”, explican desde La SubTerránea. Un último tramo en el que han incorporado a Paco Zarzoso para dirigir la pieza, colaborando por tercera vez con la compañía al aportar una mirada externa para crear, entre todos, el resultado final.

Y, lejos de lo que pudiera parecer, el formato escogido para tratar este tema ha sido la tragicomedia, con un tono humano y divertido. “Hacemos mucha crítica, pero siempre desde un punto de vista ácido. El humor, la burla y la risa son súper necesarias”, apunta Sáez.

El punto fuerte del espectáculo es su poética, presente tanto en el texto como en la plástica de una puesta en escena que apuesta por imágenes de gran belleza estética. “El recurso de la metáfora nos ayuda a plantear preguntas, que es lo que queremos. No buscamos explicar el mundo según nuestra visión, lanzar un panfleto, sino sugerir una inquietud e invitar al público a pensar sobre ello”, sostienen desde la formación valenciana.

En el estreno de esta semana en Sala Russafa defienden, con grandes dosis de humor, cosas tan básicas como la socialización, la empatía o la calma. En escenas inspiradas por personajes y situaciones reales, las dos actrices se transforman sobre el escenario en madres que proceden al destete, hijas que pasan a cuidar de sus progenitoras conforme unas y otras van madurando, cocinillas que trajinan entre fogones… Situaciones cotidianas en las que se recrea el absurdo y la tensión que se produce entre un mundo que premia cada vez más el individualismo frente a la naturaleza social como individuos.

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