El pacto contra el terror y la barbarie yihadista

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Teniendo en cuenta el espantoso asesinato de 132 ciudadanos y más de 200 heridos en Paris, hemos de llegar a la conclusión de que contra el terror y la barbarie no hay que ir con paños calientes, ya que nuestro modo de vida, nuestras libertades, nuestra democracia, en definitiva, nuestra civilización en su conjunto, cada día se encuentra más en peligro ante la sinrazón, la crueldad y ese salvajismo y brutalidad indiscriminada que es capaz de llevarse por delante a sus propios pueblos y hermanos en el culto a un mismo Dios.

El año pasado, me comentaba indignado un imán (sacerdote islámico) de Marruecos, yo diría que la versión musulmana del padre Ángel, que “en el Corán la violencia indiscriminada, sobre todo hacia los inocentes, es un autentico insulto y ofensa hacia Dios, ya que el Islam representa la Paz en sí mismo”. Por lo tanto, siendo justos, no deberíamos meter en el mismo frasco de las esencias terroristas a esos millones de refugiados musulmanes, principales víctimas del yihadismo, que se ven obligados a huir despavoridos del terror, la barbarie y la propia muerte imperante en sus propios países.

Hace unos días, se firmo el llamado Pacto Antiterrorista entre el PP, PSOE, CIUDADANOS, UPyD y UDC, absteniéndose PODEMOS e IU, alegando una serie de razones que sinceramente en las actuales circunstancias se escapan al sentido común de cualquier mortal con los pies en el suelo. Por lo visto, imbuidos en su hondo calado intelectual, los señores de Podemos e IU, aun no se han dado cuenta que la continua reivindicación para incorporar “Al Ándalus a Dar al Islam (la morada del Islam)” sigue manteniendo también a España en un objetivo prioritario del terrorismo internacional. Por lo tanto, ir en estos momentos con el verbo ágil, la proclama aviesa y el fácil chascarrillo, no nos lleva a ninguna parte, digamos que practica, para poder prevenir y, sobre todo, combatir como Perseo a ese gran Leviatán de la sinrazón, como es el yihadismo.

En este aspecto, a la vista de las excesivas reservas y cautelas de todos los dirigentes políticos de cara a las próximas elecciones del 20-D, el único que abierta y valientemente está dando la cara en este importante asunto es el candidato de Ciudadanos Albert Rivera, al cual no le han dolido prendas para decir que “al terrorismo no hay que darle un descanso por vacaciones en función de un calendario electoral”, refiriéndose a dar un apoyo incondicional e inmediato a Francia. Esa nación hermana que en su día nos ayudo, sin condiciones, a desmantelar todos los santuarios terroristas de ETA, para así poder vencer a esta banda. Apoyo extensible igualmente, a todas las organizaciones y naciones aliadas y amigas dentro del marco de una gran coalición internacional bajo el palio, bendición, marchamo, sello y firma de la ONU, UE y OTAN. Todo ello, teniendo en cuenta que España, por su desgraciada experiencia en materia antiterrorista, posee posiblemente uno de los mejores servicios de inteligencia, investigación e intervención rápida en esta materia, reconocidos en todo el mundo.

La gravedad del problema ha llegado hasta tal punto, que es la primera vez desde la II guerra mundial, que vemos a Rusia alcanzar alianzas con el resto de las naciones occidentales para poder atajar todos unidos el terrorismo yihadista desde el corazón de sus bases y territorios ocupados, tal y como hizo hace 70 años para combatir el terror fascista en Europa.

Esperemos esta vez, que la metedura de pata ejercida desde la reunión de las Azores, entre Buhs, Aznar y Blair, para invadir Irak, por unas inexistentes armas de destrucción masiva, destruyendo así totalmente el Estado laico iraquí, con la eliminación de su estructura militar, policial, jurídica, económica y administrativa, incluyendo la ejecución de Saddam, no se vuelva a repetir, pues aquellos polvos nos están trayendo estos lodos.

Desde una visión analítica, pura y realista de la geoestratégia política de esta región, no hay más remedio que reconocer que aun en manos de sátrapas y dictadores con sus respectivos pueblos, lo que está claro es que desde que EE.UU ha ido metiendo directa o indirectamente el cuchillo de la desestabilización en todos los países de la región, esta parte del mundo se ha convertido en un autentico polvorín o avispero que está poniendo en peligro la Paz mundial, como ya apunto el mismísimo Papa Francisco.

El ejemplo de Libia, donde con el apoyo de la OTAN, el 20-10-2011, se derroco y ejecuto brutalmente al dictador Gadafi, ha provocado a que el fin del Estado (laico) libio, haya dado paso a que en estos momentos el yihadismo del ISIS domine uno de los mayores territorios de Libia.

Egipto, es otro caso donde después de muchos años se acaba con el régimen del dictador Hosni Mubarak, a favor del islamismo radical de Mohamed Morsi, para que después de llevar a este al país al borde de la banca rota económica y el desgobierno civil, el ejercito tome nuevamente el poder el 3-07-2013, a través de un golpe de Estado ejecutado por el general Abdul Fatah al-Sissi, estableciendo de nuevo un gobierno eminentemente laico y pro occidental. Convirtiéndose este en un ejemplo del manual político y geoestratégico a seguir por otros en la región.

El otro día tuve ocasión de oír con mucha satisfacción el vehemente y acertado análisis político y estratégico de la zona en conflicto y el yihadismo en su conjunto, del politólogo franco-argelino Sami Nair, cuando dijo que “ desgraciadamente cuando en esta región desaparecen los Estados, sean dictaduras laicas o no, inmediatamente aparecen las tribus”. He ahí, el ejemplo de la lucha tribal y fratricida entre hermanos musulmanes de la misma religión como son los chiitas, sunitas, kurdos, etc. Rencillas latentes de toda la vida, pero más o menos calmadas hasta que alguien se dedico a meter el palo en el avispero de la zona, por razones más o menos espurias o económicas. Si no, que se lo pregunten a los grandes patrocinadores del principio de todo este gran follón, como fue la segunda guerra de Irak o guerra del petróleo: el presidente Buhs, el vicepresidente Dick Cheney, o el secretario de Defensa Donals Rumsfeld, todos ellos ilustres representantes y pertenecientes a las grandes corporaciones petroleras de EE.UU. Guerra injusta y erróneamente provocada en la región por este trío de la “bencina o el petróleo”, cuanto en aquellas fechas la zona estaba más o menos perfectamente controlada y estabilizada política y geoestratégicamente por unos Estados laicos, donde el yihadismo nunca tuvo cabida.

José Antonio Sorzano | @JoseSorzano | Periodista y abogado

 

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