Ineficacia y supervivencia en el poder

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La crisis económica y social generada por la pandemia, sigue sin recibir una atención adecuada y eficaz por parte del Gobierno central y el autonómico. El objetivo de Sánchez y Puig es sobrevivir a toda costa en el poder, su esfuerzo lo aplican a alcanzar esa meta. Mientras, un gran número de sectores económicos agonizan, el desempleo aumenta a la carrera, y crecen las colas del hambre.

Entre esos sectores afectados, se encuentran los cultivadores de arroz. Hace pocos días, una “tractorada” tomó las calles de la ciudad de Valencia, para llevar a la capital de la Comunitat las preocupaciones y reivindicaciones de este sector básico de nuestra economía. Esos tractores recorrieron la ciudad con el objetivo de hacer visibles las necesidades que tienen. De hecho, existe el riesgo de que el Ministerio de Agricultura disminuya las ayudas directas al sector arrocero, comprometiendo gravemente la supervivencia de esta explotación. Los mensajes fueron claros y contundentes: ¡basta ya de buenas palabras!, es hora de ponerse a trabajar y no abandonar a su suerte a los agricultores.

El cultivo del arroz agoniza, y también la Albufera. El ecologismo de fotografía y buenas palabras, no se traduce en medidas efectivas. El lago necesita con extraordinaria urgencia, un dragado de sus fondos, una regeneración y un plan integral, dado el gran valor ecológico que tiene y su papel esencial en el cultivo del arroz. Mientras, se aprueba un millón de euros para replantar árboles en la ciudad de Valencia, muchos de los cuales se secaron por falta de riego o mantenimiento, u otros fueron talados porque ensuciaban la ciudad o para la construcción del carril bici.

Los arroceros no son los únicos agricultores que sufren el abandono de la Administración. Otros sectores de la agricultura llevan mucho tiempo alzando su voz para que las autoridades nacionales y autonómicas adopten medidas realmente efectivas que den respuesta a la grave situación por la que atraviesan. Sin embargo, nada se hace. Se aprueban partidas presupuestarias que maquillan su inacción, pero abandonan a los agricultores que desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la huerta. Salvem l’Horta!, no puede ser un simple eslogan vacío de contenido. La huerta es patrimonio de todos los valencianos.

Ha acabado la Semana Santa y el balance para los sectores de la hostelería y el turismo de nuestra Comunidad, no puede ser más desolador. Las autoridades sanitarias de la Generalitat continúan criminalizando a la hostelería, considerándola la mayor responsable de la transmisión de la enfermedad. Sin embargo, los datos estadísticos sobre los focos de contagio, lo desmienten. Por otro lado, el turismo sigue sin disponer de un plan de choque y de corredores seguros que traiga turistas que salven este sector. Las ayudas prometidas por la Generalitat para empresarios, autónomos y pymes no acaban de llegar y llevamos más de un año de grave crisis sanitaria y social. Nos enfrentamos a un gran reto, pero mayor es la ineficacia de los gobiernos de Sánchez y Puig.

[ Fernando de Rosa | senador del PP por Valencia | @fernandoderosa4 ]

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