Moncada participará en la nueva asociación Ruta del Ibers con su yacimiento Tos Pelat

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Moncada. Yacimiento ibero Tos Pelat

La Comisión de Cultura de la Diputación de Valencia ha ratificado, en su primera sesión del año y por unanimidad, la aprobación de los estatutos de la asociación de la Ruta dels Ibers y su incorporación como miembro, según un comunicado de la institución provincial.

La asociación nace con el objetivo de afianzar la ruta turístico y cultural que comparten nueve yacimientos arqueológicos (Castellar de Meca, el Molón, Kelin, Castellet de Bernabé, el Tossal de Sant Miquel, la Bastida de les Alcusses, Tos Pelat, Puntal dels Llops y la Seña) y ocho ayuntamientos (Ayora, Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Llíria, Moixent, Moncada, Olocau y el Villar).

Otra de sus pretensiones "es sensibilizar a la sociedad acerca del patrimonio íbero, un ámbito en el que la provincia de Valencia es uno de los territorios más ricos", ha destacado la diputada de Cultura, María Jesús Puchalt.

La sede de la asociación -que se constituye por tiempo indefinido- se ubicará en el Museo de Prehistoria de Valencia, en el que actualmente se exhibe la exposición "Fotoibers" que reúne fotografías realizadas en los yacimientos de la Ruta dels Ibers.

Según Puchalt, "la ruta íbera es un proyecto de puesta en valor y uso didáctico-turístico del patrimonio arqueológico excavado por el Museo de Prehistoria de Valencia" y representa "la prolongación natural a sus programas de investigación y de conservación in situ".

La ruta ibérica valenciana recupera los modos de vida de hace 2.500 años a través de la visita a nueve poblados ibéricos situados en espacios de gran valor natural y paisajístico del interior de la provincia de Valencia.

Los íberos son los pueblos que habitaron la fachada oriental de la Península Ibérica entre los siglos VI y II antes de nuestra era y sus rasgos culturales variaban de un territorio a otro, han destacado las mismas fuentes.

Constituían una sociedad jerarquizada, con una elite que organizaba la explotación del campo y controlaba las relaciones comerciales desde ciudades fortificadas.

La vida cotidiana se desarrollaba en casas donde no sólo se cocinaba, comía y dormía, sino que también se llevaban a cabo actividades artesanales y metalúrgicas, e incluso cultos a ancestros y divinidades.

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