Para que nadie se confunda en cuanto al fondo de esta mi reflexión sobre el atentado del 17-A en Barcelona, vaya por delante mi total respeto por absolutamente todos los policías pertenecientes a la plantilla de los Mossos d’Esquadra catalanes. Entre otras razones porque todo aquel que vista un uniforme, que represente a esa autoridad que nos defiende de los ‘malos’, recibirá siempre mi total apoyo de un ciudadano agradecido, aunque por mor del destino, una errónea dirección política, o una simple y mala alineación de los astros, esta policía en uno de sus peores días y momentos haya metido la pata hasta el corvejón.
A toro pasado ya sé que es muy fácil criticar los semi o fracasos completos en cualquier operación de esta índole e importancia, pero aquí no se trata de eso, aquí se trata de que la descoordinación entre las policías ha sido total. Aquí se trata, igualmente, de que una operación antiterrorista no se puede dejar en manos únicamente de una fuerza policial y unos políticos que no ni tienen ni puta idea en esta materia, como es el terrorismo.
¿En cuántas operaciones antiterroristas de esta índole había participado la llamada policía ‘soberanista catalana’ de los Mossos d’Esquadra hasta ese fatídico 17-A?
¿Donde estaban, si los hubiera, ya que no lo sabemos, los servicios catalanes de información e inteligencia dependientes de la conselleria del Interior de la Generalitat Catalana?
¿Que formación en materia de inteligencia e información tiene el ínclito conseller del Interior, el ‘catalano-ecuatoriano’, Joaquín Forn Chiairello, a no ser la de meternos en todas sus ruedas de prensa el catalán por las meninges hasta llegar al trigémino?
Y yo, pobrecito, decrepito, humilde, desinformado y cuasi analfabeto ‘ciudadano de segunda español’, simplemente me pregunto: ¿donde coño estaba en esos momentos nuestra Guardia Civil y nuestra Policía Nacional que, en definitiva, son los que verdaderamente saben y mucho, en cuanto a ejercer policialmente a la velocidad del rayo en este tipo de operaciones antiterroristas?
Después de los 15 muertos y decenas de heridos en Barcelona, cabria recordarle a toda la cúpula que gobierna en Cataluña, simplemente por si se les había olvidado, que en este país llamado España -donde por cierto creo recordar se encuentra Cataluña-, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional, son los únicos, hoy por hoy, que pueden aportar con total solvencia la suficiente preparación de campo, información y fuentes de inteligencia; así como un buen puñado de muertos en actos de servicio, que avalan su excelencia y experiencia profesional, para plantarle cara con un mínimo de garantía de éxito a esa lacra que azota al mundo entero llamado yihadismo o terrorismo islámico.
Señores de la Generalitat, en esta lucha no solo basta lucir nuevos y bonitos uniformes, acompañados de magníficos e incluso sofisticados equipos y armamento policial. En esta lucha donde los ‘malos’ están dispuestos incluso a auto inmolarse fanáticamente por su Dios o por quien sea, ya no se sabe muy bien, hace falta sobre todo una fuerza policial con un grado de formación y preparación DIEZ.
Desgraciadamente los errores se han venido repitiendo inexorablemente durante todo el proceso. He ahí, por ejemplo, la grave falta de investigación sobre el imán de Ripoll, presunto ideólogo y cabeza del atentado, a pesar de los avisos y advertencias tiempo atrás sobre este pájaro de la propia policía belga.
Por no hablar, de la declaración de simplemente como accidental por acumulación de gas, de los Mossos d’Esquadra, sobre la explosión del chalet de Alcanar. Cuando incluso estos mismos, impidieron el paso al escenario de la explosión a los especialistas en explosivos de la Guardia Civil, para investigar a fondo las causas de dicha explosión. Todo ello, a pesar del testimonio y advertencia de los vecinos sobre la ocupación de este chalet durante bastante tiempo por un gran número de árabes. Así como la gran e inusual concentración de bombonas de butano y, como después se descubrió en los escombros del chalet, la gran concentración de tripeóxido de triacetona, típico explosivo usado por el terrorismo yihadista, y que además durante el desescombro causó una segunda explosión que dejó otros nueve heridos entre mossos y bomberos.
Teniendo en cuenta como otro despropósito mas, el propio traslado al hospital de uno de los heridos en la explosión, sin ser interrogado lo mas mínimo por los mossos durante todo el proceso. Eso, por no hablar que mientras tanto otros cinco yihadistas estaban perpetrando otro atentado en Cambrils. Atentado abortado, por cierto, por un mosso preparado y formado anteriormente, que casualidad, en la Legión Española. El solo neutralizo a 4 de los 5 yihadistas de solo 4 disparos, cuando estos cinco pretendían agredirlo y liquidarlo a él. Cabria resaltar, igualmente, que en su huida, el quinto yihadista que logro huir de los disparos del ex legionario, degolló a una señora que se cruzo en su camino.
En fin, este relato viene a ser solamente una pequeña parte de toda una cadena de errores y despropósitos comisionada por un colectivo que, aun reconociéndoles su valor, no dieron muestras aún en estos momentos, de una especial formación ni preparación profesional para enfrentarse a este tipo de operaciones terroristas.
Creo sinceramente que el resultado de esta operación hubiera sido sensiblemente diferente, si los mossos hubieran estado asistidos igualmente por la inequívoca y demostrada experiencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil, en vez de deambular en solitario a las ordenes de un conceller, el catalano-ecuatoriano, Joaquín Forn, más preocupado por soltarnos en las ruedas de prensa sus discursos en catalán, así como en insistir distinguiendo claramente entre victimas CATALANAS y ESPAÑOLAS; en unas intervenciones televisivas y en directo que hubieran dejado en pelotas a los mismísimos Hermanos Marx.
Señores de la Generalitat, tengan ustedes un poco más de humildad y sentido común y comiencen a aprender de quienes saben de esto y de estos pájaros, en vez de ir de ‘sobraos’ por la vida, vendiéndonos y pensando solamente en su particular 1 de Octubre, pues al final sus desvarios soberanistas siempre los pagamos los mismos: el PUEBLO.
José Antonio Sorzano | @JoseSorzano | Periodista y abogado | Foro de Opinión José Luis Sampedro