Historia, ciencia y arte se dan la mano en la oferta museística de la comarca

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La oferta cultural y artística que ofrecen los 16 museos ubicados en la comarca de L’Horta permite disfrutar, y descubrir, un paisaje cultural excelente, tanto en calidad como de contenidos, en los que se pueden encontrar desde restos pétreos del espacio exterior (meteoritos) hasta recrearnos en antiquísimas máquinas para imprimir, pasando por obras de Pinazo, Rubens, Sorolla o El Greco.
Sorprendería a muchos descubrir el valioso patrimonio artístico y cultural que guardan los 16 museos que alberga la comarca. Un rápido vistazo al panorama de lo que ellos contienen permitirá disfrutar de un lúdico paseo y comprobar que arte, historia, ciencia y naturaleza se dan la mano a pocos minutos de nuestras casas. L’Horta Nord es la que más variedad museística ofrece.

Si iniciamos el recorrido desde Moncada veremos que nos ofrece, en su Museo Arqueológico, una extensa colección de objetos de gran valor histórico que abarcan desde la Prehistoria, el mundo Íbero, la época Romana, hasta llegar a la Era Moderna, nutrido gracias a sus dos ricos yacimientos arqueológicos que ya son visitables: El Tos Pelat y la villa romana de Les Paretetes (sin olvidar su bella torre Bofilla).

Con el recuerdo del pasado bien fresco y siguiendo el curso natural del Barranc del Carraixet a través de cientos de metros del típico paisaje de huerta de la zona, llegamos a la conocida como la antigua carretera de Barcelona, arteria que une la mayoría de los pueblos de la comarca.

Allí, nos esperan Almàssera y Tavernes Blanques que se unen bajo un mismo apellido: Lladró. En la primera localidad encontramos la Casa Natal de los hermanos Lladró, sede fundacional de la saga artística y lugar del primer taller familiar en donde encontraremos, no sólo, una típica casa valenciana del s.XIX sino un espacio donde conocer el proceso de creación de la porcelana.

De la casa natalicia podemos acercarnos a la famosa empresa ceramista que los hermanos Lladró poseen en la segunda localidad. Allí, previa petición de visita, encontraremos los dos espacios artísticos que componen el Museo Lladró: en el primero una excelente colección de porcelanas históricas que abarcan más de 5 décadas y el segundo, una exquisita colección pictórica con obras de Rubens, El Greco, Sorrolla… Una verdadera delicia. Además del apellido Lladró, Almàssera cuenta a su vez con el Museu de L’Horta, un centro etnológico temático sobre la historia y la cultura local con una amplísima muestra de elementos de trabajo y la vida cotidiana.

También Alboraya, hacia donde se dirigen de manera natural las aguas del Carraixet para desembocar en el Mediterráneo, cuenta con un museo en plena huerta. Se trata del Museo de la Horchata y la Chufa, de carácter privado. Allí veremos típicos aparejos de labranza, sabremos cómo se elabora la horchata y disfrutaremos de una rica degustación.

Al norte, y lindando con la comarca del Camp de Morvedre, otro pueblo de costa, El Puig, nos ofrece, enclavado en el monasterio de Santa María, el Museu de la Imprenta i les Arts Gràfiques, un espacio que posee una de las mayores colecciones de piezas relacionadas con la imprenta. Como hecho destacado, es el único museo en España en tener uno de los fondos más completos y valiosos de máquinas para imprimir.

Una vez aquí, los amantes de la tauromaquia y la pintura no podrán dejar de visitar Massamagrell, a escasos kilómetros, donde se han inaugurado dos centros museísticos hace escasas semanas: el Museo de Castas y Encastes del Toro de Lidia, una forma de saber la dinastía de la bravura de los toros y su linaje, y el Museo Municipal Martínez Beneyto en la que la pintora local donó documentación y gran parte de su obra pictórica para dar a conocer su gran aportación artística.

Volviendo hacia la capital y remontando por la Ronda Norte dejando a la espalda la costa, llegamos a Burjassot. Para los seguidores de los secretos de la tierra en esta localidad podrán encontrar, en su Museo de Geología de la Universitat de València, varias colecciones de materiales geológicos y paleontológicos como minerales, fósiles, rocas ornamentales y ¡hasta meteoritos! Todo un deleite para curiosos y niños exigentes.

Tan sólo unos minutos bastarán para cambiar radicalmente de tema y adentrarse en la localidad vecina de Godella. Allí disfrutaremos de dos propuestas pictóricas: el recién inaugurado Centro de Arte de Godella, con su arquitectura de modernismo valenciano, donde puede contemplarse obras de los maestros Ignacio Pinazo y José Navarro y, muy cerca, podemos dirigir nuestros pasos a la Casa Museo Pinazo, lugar destacado donde el genial pintor y sus hijos trabajaron intensamente.

A sólo cinco minutos, al otro lado de la pista de Ademuz, Paterna nos brinda la oportunidad de conocer su etnografía desde su Espai Cultural Coves de Batà, con sus cuevas visitables, o las excelencias, con sus más de 5.000 piezas, que contiene el Museo Municipal de Cerámica, con obras que datan del siglo XII.

Al otro lado del Turia

Nuestro viaje museístico topa ahora con la hermosa barrera natural del Parque Natural del Turia y su Parque Fluvial que separa Paterna de Manises, ya en l’Horta Sud. Superado el río, llegamos a la localidad cerámica por excelencia. Manises ofrece su mejor arte en las interesantísimas muestras que tiene su Museu de Cerámica. El centro cuenta con más de 5.000 piezas que abarcan un arco cronológico desde el s.XIV hasta mediados del s. XX y permite comprobar el valor artístico y económico de una industria de primer nivel en España.

Buscando de nuevo la costa nos dirigimos hacia Alaquás que aprovecha las excelencias arquitectónicas de su Museo Castillo para convertir el espacio en un centro cultural que alberga distintas actividades socio-culturales al tiempo que apreciamos la riqueza pétrea de su bello castillo.

A pocos kilómetros Torrent, la capital de l’Horta Sud, nos ofrece las delicias del esplendor vegetal en su Colección Museográfica Permanente de L’Hort de Trènor. El espacio está estructurado en forma de jardín público poblado de árboles, arbustos, plantas herbáceas y toda la fauna asociada a esta flora. En la actualidad tiene alrededor de 120 especies vegetales diferentes sobre una superficie de unos 22.000 m2. Posee un diseño de jardín romántico de principios de siglo y está reformado y renovado desde 1982.

En la misma localidad podemos encontrar el Museu Comarcal de L’Horta Sud ‘Josep Ferrís March’ de carácter etnológico. El museo es un centro de conservación, difusión, investigación y exposición del patrimonio cultural de la comarca en base a aquellos elementos que históricamente han definido la personalidad de la Horta Sud. El museo se encuentra instalado en la casa del Estudiante de Boqueta, una antigua casa de labradores construida durante la primera década del siglo XX.

Por su parte, Paiporta nos brinda la oportunidad de disfrutar de un arte muy peculiar en su Museu de la Rajoleria. A través de un recorrido histórico, en una antigua fábrica de ladrillos y tejas, conoceremos parte de la actividad económica de la zona tanto en piezas como en fotografías y grabados.

Y siguiendo hacia el sur, llegamos al final de nuestro recorrido museístico en Catarroja donde la pintura encuentra su espacio en el Museu Antonia Mir. Con más de 200 obras en exposición (óleos, acuarelas, dibujos…), la muestra recoge las donaciones de la propia autora lo que permite apreciar la altura artística de esta creadora. Un municipio que nos permite acabar la jornada en el inmejorable entorno del Parque Natural de la Albufera.

La oferta museística de la comarca es rica, de notable calidad y de fácil acceso ya que casi todos los museos son gratuitos y disponen de información. Un recorrido por los museos de la comarca nos aproximará a un arte no siempre incrustado en las grandes urbes. © Jimmy Entraigües/Hortanoticias

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