Estreno absoluto de ‘Cuchillos de palo’ en Sala Russafa

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Esta semana, Sala Russafa acoge el estreno absoluto de ‘Chuchillos de palo’, dentro de la programación de Russafa Escénica. Festival de Tardor. El centro cultural abre su teatro un año más a este festival que apoya el talento emergente local y reta a la creatividad de los profesionales de las artes escénicas, animándolos a explorar formatos y nuevos espacios de representación.

El espectáculo, en cartel del 23 al 26 de septiembre, supone la primera incursión en la dirección de Iñaki Moral, quien durante más de una década ha sido intérprete y ayudante de dirección, además de coautor en algunos montajes. “Es un paso que quería dar con mucho respeto, teniendo un tiempo para madurar el proyecto e, indudablemente, acompañado por dos amigas y compañeras que me han ayudado muchísimo”, explica Moral. Se trata de Eva Zapico y Maribel Bayona, dos nombres destacados de la escena valenciana. Con la primera ha trabajado en varios montajes, a veces como actor y en otras ocasiones como ayudante de dirección e incluso como coautor. Con la segunda le une una amistad de juventud y la participación en diversos proyectos juntos.

Una imagen de la obra.

Este trío desbordante de talento ya se reunió en el equipo artístico de montajes como Oran o Tirant y entre los tres han desarrollado ‘Cuchillos de palo’. “La idea original, el punto de partida es mío. Pero la historia que contamos se ha ido conformando entre todos, a partir de improvisaciones que hemos ido documentando y que después nos encargábamos de pulir, organizar e hilar con la dramaturgia”, explica Moral para quien, en una creación colectiva como ésta, la dirección es una línea muy difusa. “Participo como intérprete y he sido parte de la investigación escénica previa, así que lograr la mirada externa que a veces tiene que aportar el director para tomar decisiones es difícil. Diría que mi papel ha sido coordinar, sintetizar el trabajo que hemos ido haciendo entre los tres, y marcar la dirección hacia donde teníamos que dirigirnos”, comenta con modestia el director de la pieza.

Todo arrancó con la concesión de una residencia creativa por parte de la concejalía de Acción Cultural del Ayuntamiento de València y una muestra de los primeros resultados del proceso creativo. “Pero no queríamos dejarlo ahí, queríamos pasar a la fase de convertir ese material en un espectáculo y ponerlo en pie. Así que me decidí a presentar el proyecto a Russafa Escénica y, cuando lo seleccionaron, nos sentimos súper afortunados de que nos apoyara un festival con tanta trascendencia, que llega al público y a los programadores. Y ha sido maravilloso que nos destinaran a la Sala Russafa, con su trayectoria, su escenario y patio de butacas grande. Lo vivimos como una muestra de confianza que nos estimula para estar a la altura”, explica el intérprete, coautor y director.

La historia de una familia para contar la emergencia del cambio climático

‘Cuchillos de palo’ es una tragicomedia de 70 minutos con momentos muy divertidos, a pesar del conflicto que vive su familia protagonista, en el contexto de una era preapocalíptica, que podría ser un futuro cercano o ya mismo.

“Hablamos de los roles, de los condicionamientos que nos vienen dados o que imponemos nosotros mismos a los que nos rodean. Pero la historia de esta madre, un padre ausente, un hijo y su novia, que podría verse como anecdótica, en realidad está hablando de algo mucho más grande”, adelanta Moral.

El espectáculo reflexiona sobre el concepto de herencia y responsabilidad, tanto desde el punto de vista individual como colectivo.  Y cuestiona el planeta y la sociedad que van a encontrarse los que vendrán. “Me interesa mucho el tema del cambio climático porque, realmente, es una emergencia, es algo que ya está aquí y no podemos mirar para otro lado. Muchas veces tienes dudas de si lo que haces como ciudadano por intentar ayudar a frenarlo sirve de algo. Reciclamos, consumimos menos, buscamos materiales ecológicos…, pero luego llegan las dinámicas económicas y sociales, las políticas, que realmente tienen un impacto mucho mayor de lo que pueda hacer cada uno individualmente, y te preguntas si tiene algún sentido”, confiesa el director de escena de la obra, que lanza al público la pregunta de si el mundo merece ser salvado.

Apoyándose en la proyección de píldoras audiovisuales con referencias a personajes mitológicos, se trata de ampliar la mirada, de insinuar al espectador que lo que está viendo no es solo la historia de una familia, es la de una sociedad en decadencia, en un momento de crisis. “Hemos intentado conectar con el público, que pueda ver que hay un esfuerzo, un trabajo honesto para comunicar un mensaje que nos parece muy importante”, comenta Moral, convencido de que el teatro también puede ser una herramienta para, además de crear belleza o entretener, crear conciencia.

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