El Puig celebra sus fiestas en honor a Sant Pere repartiendo ‘arròs amb fesols i naps’

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El Puig de Santa Maria ha vivido este pasado fin de semana los festejos en honor a su patrón, Sant Pere. Durante tres días las calles se han llenado de atracciones, colores, bailes y música en la explanada del Real Monasterio. Este domingo 29, la fiesta culminó con una exhibición de ‘cant d’estil’ por las calles de El Puig, la ‘dansà’ y la degustación de la tradicional olla de ‘arròs amb fesols i naps’.

Después de dos años sin poder celebrar las fiestas de Sant Pere por la pandemia, El Puig preparó una agenda variada y llena de actividades para homenajear a su patrón. Más de 20.000 personas estuvieron este fin de semana en el municipio disfrutando de una fiesta que se inició con el concierto de piano de Antonio Fontales el pasado viernes 27 de enero.

El sábado se realizó la reconocida ‘Trencà de perols’ a cargo de los Quintos, un acto que siempre se realiza en domingo, pero este año también se realizó el sábado por los Quintos que el año pasado no pudieron hacerlo.

El domingo todas las personas allí presentes pudieron disfrutar de la tradición y la gastronomía del Puig gracias a la olla de ‘arròs amb fesols i naps’ preparada por los clavarios de Sant Pere en calderas sobre leña. Originariamente, este plato se repartía entre las personas más necesitadas, pero hoy en día son miles de visitantes los que se acercan a este municipio para degustar de una ración de este plato tan típico.

Otro de los momentos más importantes de la fiesta fueron el ‘cant d’estil’ y la ‘dansà’, que se baila en honor a Sant Pere. Todo un espectáculo visual y musical multitudinario que junta a más de un centenar de artistas de diferentes colectivos de bailes tradicionales que se unen para bailar por las calles del Puig, desde el Ayuntamiento hasta la plaza de la Constitución.

La tradición sitúa el origen de la fiesta en honor a Sant Pere Nolasc en el descubrimiento que el fundador de la orden de la Merced hizo, a finales de agosto de 1237, de la imagen de la Virgen del Puig en la cima de una colina, bajo una campana. En ese mismo lugar Jaume I mandó erigir un año después lo que sería la Iglesia de Santa María del Puig.

Esta festividad es cada año más reconocida y recibe más visitantes de diferentes lugares. Un fin de semana que une devoción, identidad como pueblo, cultura, música y patrimonio.

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