¡El gusto ha sido nuestro!

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Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos y Joan Manuel Serrat, o lo que es lo mismo, cuatro de los artistas más consagrados del panorama musical nacional, hicieron llenazo completo en el concierto que ofrecieron en la noche del sábado en la Plaza de Toros de Valencia. Los viejos amigos se unen de nuevo, veinte años después, para rememorar una de sus giras más emblemáticas,   El gusto es nuestro,  que tantos éxitos y satisfacciones les trajo en el pasado.

  el-gusto-es-nuestro-4 En el presente nada ha cambiado, o muy poco: si acaso la experiencia de años sobre las tablas y unos fans a los que como a los propios intérpretes se les va notando el paso del tiempo. Evidenciando la magia y buena sintonía que existe entre estos cuatro mosqueteros en el escenario, la fórmula empleada les ha devuelto una vez más la entrega total del público valenciano, que coreó y bailó todas y cada una de las canciones que sonaron e incluso se animó con una gran ola a petición de Miguel Ríos.

Un repertorio de más de treinta canciones entre el que no faltaron clásicos como Derroche,  Sólo pienso en ti,  Mediterráneo o el Blues del autobús y que dejó momentos muy especiales como el Paraules de amor susurrado a dúo por Serrat y Ana Belén,   aderezado por los “coros” a pleno pulmón del público, dejando patente la química que existe entre ambos. Más de tres horas de directo que no se perdieron los incondicionales, como ya hicieran muchos de ellos veinte años atrás en otra noche como esta. También se dejó ver y sentir el público joven de una generación que ha crecido escuchando la música de sus padres, canciones con mensaje que marcaron una época y que forman ya parte de su propia historia vital.  el-gusto-es-nuestro-1

Dúos, temas a cuatro o solos intimistas en “mini dosis” de lo mejor del repertorio propio de cada uno de los intérpretes, ninguno decepcionó. Ana, seductora enfundada en un atrevido mono rojo de escote de vértigo; Víctor, en riguroso negro habitual; Miguel Ríos, sin abandonar su look rockero con chupa de cuero, y Serrat, con alfiler grana en la solapa de su chaqueta destilando elegancia, tuvieron tiempo también para charlar con el público, agradecer su acogida y fidelidad y deslizar alguna que otra nada improvisada broma -a todas luces más que repetida en cada una de las ciudades que ha pisado esta gira- para meterse al público en el bolsillo.

Mención especial para la vena socarrona y burlona de Serrat al mencionar el “caloret” que se va con el otoño o la complicidad que derrochó Ríos con la audiencia para que no dejara de vibrar y ovacionara con energía a sus músicos más rockeros. No dudó además en arrancarse al final de la interpretación de su mítico Bienvenidos con un “benvinguts nens del rock&roll”.  el-gusto-es-nuestro-5

Banda y coros, más de una decena de músicos ya habituales acompañando a los artistas, tuvieron también su momento y recibieron el reconocimiento de los propios cantantes, que los fueron presentando uno a uno a lo largo de sus diferentes actuaciones, y los aplausos afectuosos del público. el-gusto-es-nuestro-2

El cierre de la noche no podía ser de otra forma sino con la arena y el tendido de la plaza en pie bailando junto a las butacas mientras  coreaban y acompañaban con palmas la ya convertida en himno Puerta de Alcalá.

Con más de tres meses en la carretera y muchos kilómetros a sus espaldas, “El gusto es nuestro” cerrará el círculo volviendo de nuevo a Madrid, donde la gira dio inicio, para seguir cosechando éxitos como el obtenido este fin de semana en Valencia.

Texto y fotografías: Marta Pérez Ortiz

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