Una sentencia decepcionante para una manada de animales

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Perplejo. Esta palabra de tres sílabas define perfectamente cuál fue mi reacción al leer el fallo de la sentencia dictada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra sobre el caso de La Manada. Tan solo 9 años de prisión a los cinco individuos que violaron simultáneamente a una joven madrileña de 18 años en un portal en Sanfermines de 2016.

manada concentración xirivellaLa decepción entre la opinión pública ante esta sentencia ha sido notoria en todo el país. Sin embargo, las reglas del juego del Estado Democrático Moderno en el que vivimos establecen que las sentencias judiciales hay que acatarlas aunque no se compartan.

La sentencia de La Manada pone de manifiesto la existencia de una evidente discrepancia entre la evolución social de los españoles y su código penal. Pese a que habitualmente se piensa que legislar en caliente no es apropiado, en esta ocasión considero que la actualidad está pidiendo a gritos una modificación severa del código penal sobre abusos y agresiones de ámbito sexual. Si no hay consentimiento, es una violación. El PP y el PSOE deben de comenzar a demostrar con actos que están del lado de la ciudadanía y endurecer de una vez las penas de una legislación que lleva más de 20 años sin modificarse.

No menos sorprendente me ha resultado el voto particular de uno de los tres jueces del tribunal que se atrevió a incluir en la sentencia cómo se sentía y qué actitud tomaba la joven mientras estaba siendo violada basándose únicamente en una breve grabación encontrada en el teléfono móvil de uno de los agresores. ¿En serio es usted capaz de ponerse en la piel de esta chica para entrar a valorar y juzgar su comportamiento?

La falta de sensibilidad y empatía por parte de este magistrado es tremendamente preocupante. Me hace pensar con detenimiento en manos de qué tipo de personas está la justicia de mi país.

La otra cara de la moneda le corresponde al admirable movimiento feminista que no dudó ni un segundo en echarse a las calles a defender con uñas y dientes la dignidad de las mujeres. Ahora corresponde a los dos grandes partidos políticos del Congreso de los Diputados, el PP y el PSOE, que esta espontánea movilización social no se quede en el olvido y que el Tribunal Supremo al que se va a apelar reconozca los derechos de la víctima.

Lo que podía haber sido una sentencia ejemplarizante que sentara cátedra y pusiera en valor la figura de la mujer se ha convertido en un paso atrás y un retroceso en la lucha histórica por la igualdad entre el hombre y la mujer.

Domingo Rojo |  | Diputado Agermanat Corts Valencianes | Presidente Agrupación Olivereta-Valencia de Contigo Somos Democracia

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