El Ayuntamiento de Paterna, a través de la empresa municipal GESPA, ha puesto en marcha una actuación de control biológico dirigida a combatir diversos tipos de pulgones que han afectado al arbolado del casco urbano, en concreto a jacarandas y cercis. Para ello utiliza como arma biológica la proliferación de tres tipos de insectos antipulgón, cada uno con características específicas para combatir a este parásito.
Esta mañana se ha llevado a cabo la suelta de varios centenares de “anthocoris nemoralis”. Se trata de un chinche depredador de Psylas, trips, pulgones, ácaros, huevos de lepidópteros y polen. Este insecto de cuerpo negruzco, alas y antenas largas que apenas llega a medir 2-3 milímetros cuando llegan a su edad adulta.
En estas fechas las hembras inician la deposición de huevos sobre los brotes de las plantas. Las larvas empiezan a desarrollarse depredando pequeños individuos como es el caso de los pulgones, siendo completamente inofensivos para el árbol y por supuesto para las personas. Por otro lado también se utiliza en esta batalla contra el pulgón a la conocida “mariquita de dos puntos” Adalia bipunctata.
Este es un coleóptero cucujoideo de la familia Coccinellidae, muy común en toda Europa occidental y que por su voracidad es utilizado como agente de control contra los pulgones. Por último también se utiliza en esta campaña a la Aphidius colemani. Se trata de una pequeña avispilla de 3 o 4 mm de longitud parasitoide de varias especies de pulgones. La hembra localiza y parasita eficazmente los focos de pulgón depositando un huevo en su interior. Una sola hembra puede parasitar cientos de pulgones en tan solo un par de días.
La suelta de esta fauna útil se desarrolla árbol a árbol, colocando una o dos cajitas repletas cada una con un centenar de parásitos antipulgón. Los técnicos responsables de la actuación consideran que “pese a que las plagas difícilmente se pueden erradicar completamente, con este tipo de fauna compensamos el mal que producen y establecemos una situación de equilibrio”.
Los mismos especialistas indicaron que “la lucha biológica es cada vez más utilizada en jardinería, porque es completamente inocua para el ser humano y supone un aliado para el árbol en el que habitan”. El teniente alcalde de Infraestructuras, Alfonso Romero, recordó que mientras el uso de sustancias químicas supone a menudo la erradicación de todos los insectos del árbol, tanto los beneficiosos como los perjudiciales, ésta práctica permite combatir sólo aquellas especies que se consideran enemigas del árbol en cuestión.