Un San Valentín de recuerdos para los mayores de Quart de Poblet

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Dicen que el amor no entiende de tiempo ni espacio, pero las formas de relacionarse y de manifestar este sentimiento básico para el ser humano, sí han sufrido importantes transformaciones en nuestro país con el paso de los años. Esta mañana ha quedado patente en el Taller de Reminiscencias que ofrece el Ayuntamiento dentro del programa municipal Aulas de Personas Mayores, esta vez dedicado al amor coincidiendo con el día de San Valentín.

La mayor parte de las personas participantes, con una media de 80 años, tienen deterioro cognitivo leve y el objetivo de este taller, incluido en los grupos de estimulación de la memoria, es ayudarles a frenar el avance de su patología, como explican desde la Concejalía de Personas Mayores, que dirige Amparo Torner. Hacerlo invitándoles a ejercitar la mente buceando en los recuerdos más ligados a la emoción, a todo aquello que contribuyó a construir el ser que somos. Y la vivencia de las relaciones de pareja es un buen motor para rememorar.

Si algo ha quedado claro a lo largo de la sesión es cómo ha cambiado el cuento. Lo que han descrito los y las protagonistas de esta historia es un tiempo en el que “el novio suelto y la novia, atada”; en el que una madre era capaz de pegarle un tenazazo a su hija en la cabeza al escuchar que estaba hablando del embarazo no deseado de una amiga con su novio y el sexo ni se mencionaba, o tres hermanos mayores te decían que si “hacías lo que no se tiene que hacer, de un guantazo te mataban”. Los había más comprensivos y colaboradores, también es cierto.

Tiempos en los que las parejas llevaban de carabinas a los hermanos pequeños de ellas, y había que distraer al chaval para robar un beso. “Besos, muchos, y toqueteos también, pero a eso no se llegaba, ojalá lo hubiera hecho, eso que me perdí. 14 años de novios y nada, aunque también te digo que ir al matrimonio como tu madre te trajo al mundo era lo mejor, lo más bonito”. Así se vivía el sexo entonces, algo que algunos, ellos sobre todo, llevaban bastante mal: “La libertad sexual es lo mejor”.

Las mujeres han contado los esfuerzos de sus madres, y de ellas mismas con el dinero que ganaban trabajando desde niñas, para llevar a su nuevo hogar un buen ajuar o dote. Eso sí, la mayoría han contado que todavía tienen sin estrenar una parte de aquellas sábanas, toallas, manteles o colchas.

Todo dependía del dinero que hubiera, como en el tema de los regalos, en los que el novio o marido optaba por las joyas, ellas, los relojes, aunque alguna fuera más original y escogiera para su pareja la primera maquinilla eléctrica que le costó 1.000 pesetas. “Todo se pagaba a plazos”, han precisado. Y aquí ha surgido la ternura y el dolor de la ausencia en forma de anécdota: “Lo primero que me regaló mi marido de novios fue una medalla y yo no me la ponía. Le decía que no me gustaban los colgantes, que vaya regalo me había hecho. Desde que murió no me la quito”, ha relatado una de las participantes mientras mostraba y acariciaba la joya.

Porque las separaciones llegan aunque no se quiera, y a veces lo hacían en forma de ruptura tras largos noviazgos: “Se pasaba muy mal y muchas de ellas ya no volvían a casarse ni a tener pareja después de estar mucho tiempo con uno y romper. Aunque no hubieras hecho nada, igual se pensaban que estabas estrenada. Otros después de dejarse volvían”. El trago era difícil de llevar hasta el punto de que marcaba a las mujeres del entorno: “Mi hermana rompió con su novio después de años y a mí me afectó mucho, le cogí miedo porque pensaba que también me podía pasar y me costó superarlo”.

Así lo vivieron ellas y ellos, a años luz de la situación actual, que a muchos les choca porque “hay demasiado libertinaje” y “están como si fueran matrimonios sin serlo” y para otros es un importante avance: “Ahora viven mucho mejor que vivíamos antes, se divierten más y eso está muy bien”.

Para finalizar esta celebración de San Valentín, han compartido fotografías del día de su boda o de otros momentos de su vida en pareja, que siguen intensamente presentes en su memoria.

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