Debo reconocer que las guerras me apasionan, sobre todo la nuestra, la Civil Española, la primera Guerra Mundial y la Segunda, pero en la pantalla (Iba a poner también en papel, pero hoy los libros también se ven en pantalla, aunque sigo siendo un amante del papel).
Apoyo incondicional a Zelenski, aunque metió la pata con Porcelanosa, lo puedo perdonar y entender. Condeno enérgicamente los atentados de Hamas, no sé si debido a un buen plan (aún lo tengo en estudio) o a un Pearl Harbour israelí, sea como fuere, han abierto una caja de Pandora que no va a ser fácil de cerrar.
Por mi forma de ser, intento siempre ponerme en los distintos puntos de vista de los problemas, intento estudiar todos los ángulos antes de pronunciarme o decidirme, tengo bastante empatía con casi todo el mundo. Así que siento mucho el padecimiento del pueblo Palestino en Gaza, sobre todo de los niños, pequeños y benditos ignorantes, pero a veces equivocarse apoyando a terroristas trae sus consecuencias.
Entiendo el sufrimiento, el odio que deben sentir los israelíes por el ataque sufrido, sobre todo los que hayan perdido a cónyuges o hijos y entiendo que harán todo lo que esté en sus manos buscando una revancha, que quizás nunca encuentren y de consecuencias terroríficas, pero lo entiendo.
Volviendo a la guerra en las pantallas, nos gustan las que tratan después de la Guerra de Vietnam, ya son cercanas a mi, y me asustan, todas las demás me gustan bastante, aunque algunas americanas habría que censurarlas aunque tampoco soy amigo de la censura.
Si alguien me lee, lo digo de corazón, para guerras, os recomiendo dos series, 'Pacífico' y 'Hermanos de Sangre' o leer la caída de los gigantes de Ken Follet, a expensas de poderte creer un laboralista convencido.
Por favor tengamos civismo, digamos no a la guerra, pero no hagamos mártires a quienes utilizan o han utilizado el terrorismo en épocas democráticas para conseguir sus fines.
[ Raúl Claramonte | exconcejal Cs Torrent | @rclarval ]
