Albal, con una tasa de incidencia acumulada de 896,40 casos por cada cien mil habitantes, ha decidido extremar las medidas para frenar los contagios ante su "situación dramática" y el alcalde, Ramón Martí, ha pedido a la población el "autoconfinamiento".
Marí también y ha anunciado un paquete de medidas más restrictivo que afectará al municipio con la intención de reducir contagios.
Con esta incidencia acumulada, Albal ha decretado el cierre de todos los edificios públicos e instalaciones deportivas. También se clausurará la Escuela Municipal de Adultos y el cementerio municipal. Del mismo modo, el Ayuntamiento perimetrará totalmente los parques para impedir el acceso a las zonas de juego, calistenia y el skatepark.
Los servicios administrativos municipales de la AMIC (atención ciudadana), Servicios Sociales y Oficina de Información al Consumidor (OMIC), seguirán prestando servicio a través de cita previa, como hasta ahora. Finalmente, todos los trabajadores municipales que no ofrezcan servicios esenciales desempeñarán su labor de manera telemática.
Por lo que respecta a la residencia municipal de mayores, aunque por el momento no ha registrado contagios, desde el pasado mes de diciembre tiene cerradas las puertas a las visitas externas. De este modo, los familiares e interesados tan solo mantienen contacto con los residentes a través de reuniones telemáticas. Además, esta misma semana han recibido la primera dosis de la vacuna todos los trabajadores y también las personas que viven allí.
El alcalde ha anunciado que ahora mismo el municipio tiene 182 casos activos, el pico más alto de toda la pandemia. Además, el pasado lunes y martes se batieron los récords de contagios en un día: 30 positivos en cada una de las jornadas.
Marí ha calificado la situación de "dramática" y se ha mostrado muy contundente: "Lo que está en juego es la salud de todos y todas, las irresponsabilidades de los últimos puentes y fiestas navideñas se han reflejado claramente en el número de contagios y en la muerte de más personas". Para el alcalde de Albal, "la falta de sentido común también perjudica aún más la situación económica del sector de la hostelería, de las empresas y autónomos que van a la deriva", lamenta.
