La casa natalicia del padre Carlos Ferris será convertida en un Museo, para rendir homenaje al personaje ilustre de Albal, fundador del hospital de leprosos de Fontilles. Hace tres años que Albal trabaja en el proyecto museístico y así, fue en diciembre de 2019, cuando la corporación que preside Ramón Marí aprobó la adquisición del inmueble por unanimidad y un importe de 273.000 euros.
Desde entonces, la Concejalía de Cultura y Urbanismo, junto a un equipo multidisciplinar, han estado actuando en la conservación, definición de su futuro uso y en la catalogación de esta antigua morada de labradores que suma dos siglos de antigüedad.
Las obras de la primera fase comenzaron hace unas semanas por el patio de la vivienda, donde se está cimentando. Hace unos días, el alcalde Ramón Marí visitaba los trabajos que, en esta primera intervención, cuentan con un presupuesto de 445.278,79 euros y están a cargo de la mercantil Zar Construcción, Reformas, Mantenimiento e Instalaciones. El proyecto ha sido redactado por Balam Consultores.
El futuro proyecto de la Casa Museo albergará, entre otros contenidos: los recuerdos, vestigios, muebles y el fondo bibliográfico que archivó en sus paredes el ilustre religioso. La catalogación estuvo en manos de la historiadora local, Leticia Lapuente. El consistorio también ha dado participación a la Fundación Fontilles y a la asociación local Amics de Fontilles, sus presidentas respectivas: Alicia Puchalt y Rosa Romaguera, visitaron la casa junto al gobierno local, nada más pasar a manos municipales.
La vivienda donde nació el fundador del Hospital de Leprosos de Fontilles, un 8 de diciembre de 1856, tiene un alto valor histórico, como así se declara en el Plan General y motivo por el cual está incluida en el catálogo de bienes y espacios protegidos del Ayuntamiento. Se encuentra en la calle Santa Ana, número 30, y está edificada sobre una superficie de 601 m².
El Padre Carlos Ferris nació en Albal el 8 de diciembre de 1856. A los 13 años ingresó en el Seminario Diocesano de Valencia donde se doctoró en Teología y al ser ordenado sacerdote pidió al arzobispo que le concediera ejercer su ministerio en una parroquia rural, aunque se le confió la parroquia de San Esteban de Valencia.
La Diputación le encomendó la dirección de la Casa de la Misericordia, con más de 700 asilados, desempeñando el cargo de capellán-rector hasta ingresar en la Compañía de Jesús en Gandía. En 1887 fundó un colegio de sordomudos y un pensionado universitario para los estudiantes de los pueblos.
