Un vecino de Torrent se enfrenta a una posible pena de 28 años de prisión por presuntamente grabar a menores, algunos de ellos mientras eran víctimas de abusos sexuales, para generar material pornográfico, unas prácticas que se extendieron durante años hasta que finalmente los padres de uno de los niños, que acudieran al domicilio del acusado, llamaron a la Policía, que confiscó numeroso material ilegal.
Según el escrito del fiscal, la alarma creada en el vecindario por las prácticas del acusado, que regentaba un kiosko desde el que se ganaba la confianza de los menores, llevó a dos padres a personarse en casa de éste.
Uno de los padres le dijo al acusado que tenía una fotografía suya en la que se le podía ver grabando a los niños desde la azotea de su edificio, ante lo cual el acusado les invitó a entrar a su casa para comprobar que en ella no había ningún material sospechoso.
En la vivienda se personaron entonces no solo los padres, sino funcionarios policiales, a quienes el acusado autorizó a entrar y entregó algunas fotografías, un ordenador, un dvd y una cámara de vídeo. En el material entregado, al parecer voluntariamente, por el acusado, figuraba gran cantidad de material pornográfico que implicaba a menores, algunos de ellos en compañía del reo.
El 20 de febrero de 2018 varios policías se desplazaron a la vivienda del acusado para proceder a su arresto, ante lo cual él opuso resistencia, provocando contusiones en dos agentes.
El fiscal acusa al procesado de varios delitos de corrupción de menores y elaboración de material pornográfico y otros de agresión sexual a menores, además de un delito de atentado contra la autoridad.
