Acercarse a la figura de José Vicente Peiró es profundizar en el universo de la literatura valenciana, y de la escena teatral, de las últimas tres décadas desde el rigor de la experiencia y la mirada personal. Reconocido por su labor como crítico teatral y literario del periódico Las Provincias, Peiró es director de la revista ‘Artescénicas’ de la Academia de Artes Escénicas de España, presidente de los Premios de la Crítica Valenciana (organizados por CLAVE), ensayista de obras como ‘Las músicas de Cortázar’, ‘La narrativa paraguaya actual’ o ‘La venganza imposible’, y…, como si gozara del don de la ubicuidad, participa como jurado o miembro de múltiples festivales de la Comunitat o presentaciones literarias. Ahora, ante tan amplio recorrido vital y profesional, José Vicente Peiró, publica ‘Aventuras de un crítico sin apuros’ (Editorial Posidonia), en donde a modo testimonial y reflexivo, repasa su larga trayectoria a través de personales reseñas que desnudan su labor y sus inquietudes.
Dividido en cuatro apartados y un epilogo (Aventuras, Zoológico de escritores, Paradojas. De frases escuchadas y absurdas y Reflexiones), ‘Aventuras de un crítico sin apuros’ es un interesantísimo y divertido trabajo literario que reúne el pensamiento (y los avatares), de un profesional que repasa (y cuestiona) su tarea desde un sinfín de anécdotas y la labor intelectual.
La lectura del libro invita a una primera reflexión que el propio Peiró inyecta en el texto: la realidad y ficción se entremezclan en el juego literario. En su ‘Carta al lector’ el escritor advierte, “todo parecido con la realidad, en sucesos narrados y personajes citados es pura coincidencia”. Recordando a Borges (citado entre los personajes), que avanzaba aquello de que la realidad es una manifestación de la ficción, Peiró conduce al lector al esparcimiento de su ajetreada labor de crítico sin detener el leit motiv de su escritura: ¿qué función cumple el crítico en la actualidad?
La propuesta lanzada no conduce a una respuesta definitiva, el paso por las diversas secciones del libro indica que el espacio de la crítica (juicio formado sobre las condicionantes de la creación artística), ha modificado su status y debe ser revisado, lo que invita a pensar que no ha quedado obsoleto. La reflexión sobre el quehacer del crítico pasea por cada apartado del libro, ya no solo desde el hecho anecdótico, sino desde el subtexto que cada sección encierra.
Bajo una escritura fresca, muy propia del autor, a modo de travesura episódica, plagada de referencias a personalidades amigas y próximas, ‘Aventuras de un crítico sin apuros’ se convierte en un ejemplo de trabajo personal que cuestiona, analiza y replantea una labor necesaria en tiempos de fragmentación cultural. Un Peiró divertido, lúcido y crítico, se manifiesta sin tapujos sobre sus filias y fobias y…, esa labor de crítico la ejerce como nadie.
