Las vacaciones de Navidad suponen 15 días de descanso para los más pequeños de la casa, dos semanas en las que olvidan su rutina diaria en el colegio para disfrutar de las fiestas navideñas. Sin embargo, para muchos niños y niñas de Mislata, el cierre de los colegios puede suponer otro tipo de alteraciones en sus rutinas, como por ejemplo en su alimentación, al interrumpirse también el servicio de comedor.
El servicio se prestó durante los días 26, 27, 28 y 29 de diciembre y 2, 3, 4 y 5 de enero, de 11 a 15 horas, y se ofreció a todos los escolares de Educación Infantil y Primaria de Mislata que durante el curso disfrutan de la beca municipal de comedor, es decir, aquellos cuyas familias atraviesan mayores dificultades económicas.
“El proyecto ha seguido la misma filosofía que las últimas veces, integrando el comedor en una actividad más amplia, de manera que para los niños ha sido como ir a cualquier escuela extraescolar de Navidad”, explica Ximo Moreno, concejal de Bienestar Social. La idea es que, además de garantizarles las tres comidas al día, los más pequeños disfruten de las horas previas a la comida jugando con sus compañeros y participando en diferentes actividades de animación supervisadas por monitores especializados.
En este caso, los más pequeños han aprendido recetas de cocina navideñas, han hecho felicitaciones e instrumentos con materiales reciclados y han elaborado todo tipo de regalos, que el último día expusieron en un gran mercado artesanal.
