La 'Festa Grossa' de la ciudad de Valencia tocó a su fin con la última luz de ayer domingo. Una de las festividades más antiguas de la capital del Túria -su arraigo en Valencia data de los mismísimos días del rey en Jaume I-, que goza del cariño y fidelidad de sus habitantes, se despidió hasta el año que viene con la solemne procesión eucarística, que lleva celebrándose desde hace 650 años según los registros.
Una vez más, la procesión eucarística recorrió este domingo tarde las calles del centro histórico del cap i casal con todos sus personajes bíblicos, saliendo desde la Puerta de los Apóstoles de la Catedral y presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que por la mañana ofició la Misa de Pontifical en la Seo.
La custodia procesional de la Catedral, obra de Francisco Pajarón Suay considerada la más grande del mundo que fue realizada gracias a las donaciones de los valencianos, volvió a recorrer las calles de Ciutat Vella en procesión tras dos años sin poder celebrarse en la forma tradicional -en 2021 se realizó un pequeño recorrido a causa de la pandemia-, acompañada en todo momento por fieles.
Este año debido a las obras de la plaza de la Reina, y como ya sucedió en la procesión de la Virgen de los Desamparados, la procesión no pudo pasar por la plaza de la Reina sino que giró por la calle de La Paz en dirección a la calle Luis Vives, y desde allí desembocó en Avellanas.
La celebración de la solemnidad litúrgica del Corpus Christi en Valencia se remonta al siglo XIII, aunque la procesión eucarística fue introducida años después por el obispo Hugo de Fenollet que convirtió a Valencia en la segunda ciudad de España, después de Barcelona, en organizarla.
