La propuesta de Garzón, que ayer presentó su libro junto al bibliófilo y autor del diseño de la nueva pieza del Virrey, Rafael Solaz, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, parte de la necesidad de concretar una cuestión que ha estado sumida en un “caos” normativo durante siglos: la promoción del peón. Cuando uno de los dos contrincantes consigue llegar hasta el extremo opuesto del tablero, se le permite cambiar ese peón por una pieza. Actualmente, la norma permite promocionar el peón por cualquier pieza que desee el jugador, aunque en la mayoría de los casos se promociona a dama o reina, al ser la pieza más poderosa.
Sin embargo, el investigador valenciano señala la idoneidad de introducir lo que se conoce como promoción según columna lo que implica que el peón se transformará en la pieza que ocupaba la columna donde corone en la posición inicial. Una idea que cautivó al autor cuando descubrió en el Libro de los Juegos, de Alfonso X, que el Rey Sabio ya introdujo en su propuesta de 'Gran Ajedrez' aunque, en ese caso, Alfonso X hablaba de la promoción del peón en la pieza de la columna que ocupaba inicialmente y no de la columna donde corone.
Esta propuesta por si sola ya supondría un cambio en la norma y un valor añadido al juego ya que introduciría una variable que, en opinión del autor, devolvería la creatividad al ajedrez al ser una propiedad difícilmente programable en los simuladores electrónicos: sería difícil programar el poder de cada peón dado que podría modificarse si cambia de columna durante la partida.
Pero esta propuesta supone también abrir un nuevo debate: ¿qué hacer con el peón que corone en la columna del Rey?. Para esta cuestión, Garzón propone tres soluciones dado que no pueden existir dos reyes sobre el tablero: que el jugador escoja por qué pieza cambiar ese peón; que tanto la columna de la dama como la del rey supongan la promoción del peón en dama o, la preferida del autor y la que da nombre a su obra, crear una nueva pieza que se introduzca en la partida cuando el peón corone en la columna de Rey: el Virrey.
Esta pieza tendría la movilidad del Rey pero no su invulnerabilidad y abriría todo un mundo de nuevas posibilidades en el ajedrez ya que supondría cambiar por completo los finales de partida y, también, las aperturas pues los jugadores deberían plantear sus jugadas con la posibilidad latente de que su oponente disponga de una nueva pieza sobre el tablero que, unida al Rey, podría tener un importante valor estratégico.
Solaz, encargado de presentar el libro y al autor, calificó El Ajedrez del Virrey como un “hito en la historia del ajedrez” y reconoció que esta propuesta “sólo podía venir de alguien como José Antonio”, al que calificó de gran conocedor del ajedrez e historiador de referencia considerado internacionalmente.
Esa trayectoria es la que precede a José Antonio Garzón dispuesto a seguir adelante con su propuesta para intentar que cale en la gran familia del ajedrez y se instaure como norma. Y el camino, que ya ha iniciado con la publicación del libro con la editorial Alenar, continúa con otras propuestas como la convocatoria de un concurso de composición en colaboración con la revista especializada Capakhine, cuyas bases se publicarán próximamente, un torneo de ajedrez postal (por internet) e, incluso, un torneo en vivo con las reglas del Ajedrez del Virrey.
