El Teatro Talía subió a sus tablas el estreno en España de la comedia ‘Un buen colchón’, toda una agradable sátira que invita a reflexionar sobre el poder del consumismo a partir del deseo de conseguir un objeto de lujo.
Bajo un texto de Paula Llorens (a partir de una idea original de Jorge A. Lara), y dirección de Israel Solà, los personajes de Ándres y Bárbara (Víctor Palmero y Veki Velilla), se verán sometidos a un irrefrenable deseo por poseer un carísimo colchón, valorado en 45 mil euros, que podría suponer el fin de sus penurias laborales, y de pareja, al disfrutar de todas las ventajas tecnológicas y ergonómicas que ofrece la sofisticada pieza que complementa la cama.
Bajo una espiral que se inicia como opción apetecible para una vida más cómoda, el dúo protagonista se verá influenciado por la irrupción de un narrador (Carlos Chamorro) que, si bien relata los avatares de la pareja, también los inducirá a que la obsesión, por conquistar el objeto del deseo, alcance su punto más álgido desencadenando un sinfín de adversidades para la independizada parejita.
Bajo un decorado minimalista, donde el colchón goza de protagonismo, que establece el pequeño piso de alquiler de Ándres y Bárbara, ‘Un buen colchón’ sabe sacar los recursos teatrales necesarios para convertirlo en la sede de un banco o una tienda de colchones y generar una divertida trama de enredos y pasiones desbordadas que dejan a sus protagonistas sin un segundo de descanso. Sus sueños se irán convirtiendo en una gran pesadilla donde el consumismo muestra su lado más feroz.
Víctor Palmero y Carlos Chamarro elaboran con acierto, y buena vis cómica, sus personajes atrapados en un sueño sin escapatoria. Demuestra tablas y oficio Carlos Chamorro como conductor de la historia, ofreciendo todo un recital de complicidad con sus compañeros de escena y el público. Sin duda se agradece el juego participativo en el trío actoral. Si desean pasar un buen rato de humor y sacar una reflexión sobre el deseo, ‘Un buen colchón’ les mantendrá despierto durante ochenta y cinco minutos.
