De los 850 perros que componen la población canina de Sedaví, 604 de ellos han sido registrados genéticamente, en total un 71 %. Esta iniciativa entre dentro de la segunda fase de la campaña del registro genético canino, ADN Canino, que ha hecho balance de la implementación de este servicio en el municipio.
La policía local y los técnicos municipales ya han recibido formación al respecto. Ahora, entran en una nueva fase en la que se tomarán muestras de ADN de las heces de la calle, que serán llevadas a la base de datos del registro genético y su posterior identificación y sanción a las personas que no hayan recogido las deposiciones de sus mascotas.
Los propietarios de los animales que no estén registrados genéticamente en el censo también serán sanciones. De esta manera, será obligatorio registrar a los canes.
El CEO de ADN Canino, Enrique Perigüell, ha destacado que el objetivo de esta segunda fase "no es sancionar, sino más bien promovedor un cambio de hábitos que favorezca la reducción gradual de excrementos de la vía pública".
Fuera al problema de las heces
Perigüell cuenta con la experiencia en otros municipios, que forman parte de la Mancomunitat de l'Horta Sud, que llega a tener una población canina de 26.000 perros, para indicar que "más que las multas, el resultado llega cuando percibes que los excrementos en la calle dejan de ser un problema para la ciudadanía; lo de las sanciones, pues, es una herramienta disuasoria que contribuye a propiciar comportamientos cívicos".
