Hasta el 30 de enero el Teatro Talía mantiene en sus tablas la pieza ‘El método Grönholm’. Con más de quince años a sus espaldas desde su estreno, la obra se ha representado en más de sesenta país y ha superado la cifra de tres millones de espectadores en todo el mundo, lo cual indica su vigencia textual y su poderoso poder de atracción sobre el público. Ya tuvimos oportunidad de verla hace tres años en Valencia y, el reclamo de revisitarla se hacía necesario para conocer la actual propuesta ofrecida por Gemma Miralles y Rebeca Valls (ambas en la dirección) bajo este recrudecimiento de los contagios COVID.
A decir verdad, la reposición de la obra ha sido muchísimo más gratificante de lo esperado. El cuarteto actoral compuesto por Ferran Gadea, Rebeca Valls, Jordi Ballester y Diego Braguinsky brinda sobre el escenario un excelente juego interpretativo y una complicidad que traspasa el proscenio.
La obra, para quienes no la conozcan, trata sobre un perverso proceso de selección de personal, basado en técnicas reales, que somete a los aspirantes a una serie de juegos donde la falta de escrúpulos y empatía muestra el lado más cruel de nuestra sociedad y el mundo empresarial. Con un cruel humor el texto pone al descubierto las trampas de una sociedad deshumanizada en donde todo vale por alcanzar objetivos económicos.
En un mundo donde triunfa el individualismo y el arribismo caiga quien caiga, ‘El método Grönholm’ se convierte en una estupenda fotografía que desnuda los comportamientos empresariales y personales con descarado acierto. Bienvenida sea su reposición y merecidos aplausos al magnífico trabajo del cuarteto actoral.
