El año 2023 ha sido el año del cambio en la Comunitat Valenciana. Un año en el que el cambio de gobierno en la Generalitat, en la Diputación y en muchos municipios va a favorecer que los presupuestos que se han aprobado y que se ejecutaran en 2024 se caractericen por su total realismo, alejados totalmente de la ingeniería artificial de los gobiernos de izquierdas botánicas que han provocado un abandono de muchas comarcas de la Comunitat, especialmente las comarcas de l'Horta Nord y Sud en la provincia de Valencia.
Desde el Palau de la Generalitat y desde el Palau de la Batlia no han existido planes de dinamización a las comarcas de l'Horta a pesar que viven en sus 43 municipios 800.000 valencianos, casi igual que en el Cap i Casal, y que en 2023 han registrado uno de los mayores crecimientos demográficos de su historia.
El déficit mayor es en el ámbito sanitario donde el único hito en dicha materia tan social fue un anuncio del president Puig, a las puertas de las elecciones autonómicas pasadas, que se iba a construir un hospital en Paterna. Dicho anuncio evidentemente era un simple reclamo electoral que se quedó en una maqueta para hacerse una foto, puesto que la inclusión de los usos sanitario y asistencial del solar donde Puig anunció la construcción no fue llevado al pleno municipal de Paterna hasta hace unas semanas.
El reverso de la moneda ha sido el presupuesto para 2024 de la Generalitat valenciana, donde se destina 70 millones de euros para infraestructuras sanitarias en estas comarcas, destacando el impulso que recibe el Hospital Militar de Quart de Poblet y el inicio de construcción de cinco centros de salud, en Silla, Albal, Meliana, Massamagrell, Beniparrell. Igualmente se mejorarán los centros de salud de Catarroja, Alaquas, Torrent, Mislata, Rafelbunyol, Almassera, Godella, Moncada y Burjassot.
Todas estas inversiones están previstas negro sobre blanco en el reciente presupuesto aprobado en las Cortes valencianas, por lo que no son promesas, maquetas, anuncios y propaganda como se caracterizaban los presupuestos botánicos.
Igualmente la Diputación de Valencia ha aprobado el plan de inversiones para el periodo 2023-2027 por un valor de 350 millones de euros, un 21% mayor que en el ejercicio 2022 cuya mayor novedad es que todos los municipios, sin distinción alguna, van a tener las mismas oportunidades, con lo que se abandona el clientelismo político que ha sido la manera de actuar del binomio PSOE-Compromís.
En este plan se va ayudar a los municipios pequeños con escasez de personal para poder optar a las subvenciones y a su ejecución, se va a favorecer criterios medioambientales y a infraestructuras sostenibles.
Evidentemente este plan de inversiones favorecerá a estas comarcas de forma evidente, ya que en las mismas se encuentran el municipio más poblado, tras Valencia, que es Torrent y el más pequeño en extensión como es Llocnou de la Corona.
El año 2024 es el año del realismo presupuestario, es el año de las comarcas y sobre todo es el año en que la propaganda sectaria pasará a la historia, es el año en el que los 800.000 habitantes de l'Horta dejarán de ser un simple cálculo electoral como eran para los gobiernos botánicos, es el año donde lo importante será la salud, la educación , las infraestructuras, el medioambiente y la igualdad de oportunidades sin tener en cuenta si vives en un pueblo grande o pequeño, o cual es el color de tu alcalde. El dinero de los impuestos no tiene color porque sale del bolsillo de todos los ciudadanos sin tener en cuenta colores. Será una novedad después de estos ocho años de sequía.
[ Fernando de Rosa | senador del PP por Valencia | @fernandoderosa4 ]
