La instalación eléctrica de los Santos Juanes tenía más de 50 años, por lo que carecía de las medidas de seguridad que hoy son habituales y, en general, podía entrañar peligro si se producían accidentes. Por eso, hace tres años se puso en marcha un proyecto para sustituir las luces, restaurar pequeños detalles de la iglesia y adecuar toda la instalación a las normas de seguridad del siglo XXI. Pero el proyecto quedó momentáneamente interrumpido cuando se marchó el anterior sacerdote, Juanjo Llácer, en septiembre de 2013.
“La actuación ya estaba prevista cuando yo vine a Puçol hace algo más de año y medio”, confiesa Ismael Ortiz, el nuevo párroco. “Cuando fuimos estudiando todos los temas pendientes revisamos el proyecto original para introducir algunas mejoras, sobre todo nuevas actuaciones con escayola y pintura, además de elegir luces de bajo consumo, tipo led, con luz de día, para resaltar el interior de la parroquia”.
La nueva instalación con escayola va destinada a camuflar los cables eléctricos, hasta ahora a la vista: regatas y tramos huecos para ocultar tanto los cables nuevos como los pocos viejos que se han mantenido.
Por su parte, las nuevas manos de pintura se centraron en un principio en disimular las actuaciones con escayola, dándoles un aspecto integrado con el resto del edificio, aunque también se han orientado en realizar un pequeño lavado de cara en algunas zonas más deterioradas.
“Hemos aprovechado estos retoques con pintura para arreglar detalles en toda la parroquia: elementos decorativos y un mejor acabado del techo y la cúpula, ahora de un blanco que le da un aspecto mucho más luminoso a los Santos Juanes”, continúa Ismael.
Aunque la gran novedad de esta reforma no estaba en el guión, ha sido un descubrimiento inesperado al iluminar cada capilla: en la cúpula de la capilla de la Virgen al Pie de la Cruz han quedado al descubierto unas pinturas cuya antigüedad está por confirmar, aunque pueden corresponder a la época de la construcción del edificio, hace cuatro siglos.
“Las nuevas bombillas led fueron probadas el 2 de mayo, durante la misa de los festeros, y hubo un aplauso espontáneo de los feligreses al comprobar el nuevo aspecto que tendrá la parroquia durante las ceremonias, además, con un consumo inferior de electricidad”, explica el párroco.
Precisamente, los feligreses han sido los encargados de sufragar el coste de las obras: al presupuesto ya existente en 2013 ha habido que sumar el coste de las mejoras, que se ha obtenido a través de sendas colectas los días 2 y 3 de mayo, junto a donaciones a título personal de distintos vecinos, lo que ha permitido recaudar en torno a 4.000 euros.
Una actitud que agradece especialmente el párroco: “los vecinos están respondiendo muy generosamente, aunque hemos mantenido abierta la colecta porque aún quedan nuevos detalles que añadir al proyecto, como un cuadro de control de luces que permita iluminar la parroquia por zonas, algo que ya se está diseñando”.
Con la iluminación de la cúpula y todas las capillas interiores ya completada, se está trabajando ahora en colaboración con Encarna Sebastiá, Sonia Pineda y el Departamento de Comunicación municipal (el equipo que ha creado el libro Puçol en la memòria) para diseñar un folleto en el que se expliquen y se muestren los elementos artísticos de los que dispone los Santos Juanes, hoy por hoy el monumento visitable más importante de Puçol, junto a algunos lienzos de la muralla que rodean en antiguo campo de fútbol. La intención es que este folleto se pueda utilizar para potenciar las visitas guiadas a la parroquia a partir de este verano.
Paralelamente, existe un proyecto del ayuntamiento para iluminar el exterior de la iglesia, concretamente el campanario. Esta propuesta forma parte del plan de mejora de la iluminación del casco urbano con luces led de bajo consumo, como ya se ha realizado en el entorno de la avenida Valencia y otras zonas. Aunque de momento no hay una fecha definitiva para instalar las nuevas luces en el campanario.
Así, los Santos Juanes estrenará a finales de mayo su propia luz de las imágenes, lo que va a permitir a los vecinos y visitantes disfrutar de unas ceremonias más atractivas y de unas pinturas hasta ahora desonocidas.
