Hace un año que la concejalía de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Catarroja, con el concejal Martí Raga al frente, organizó las primeras visitas a la bandera republicana blasquista. La historia de su descubrimiento, la investigación en torno a su simbología y su posterior restauración, forman ya parte de la historia de Catarroja, un relato que gracias a las explicaciones de Tono Vizcaino en las visitas guiadas, ha dejado de ser desconocido.
Martí Raga ha explicado que "el descubrimiento de la bandera estuvo lleno de sorpresas desde el primer momento y ha sido un proceso muy enriquecedor que los vecinos y vecinas merecen conocer para entender la sociología de nuestro pueblo y, por supuesto, por admirar la única bandera de estas características que existe".
El éxito de la iniciativa provocó que, seis meses después, desde la concejalía de Memoria Histórica se volvieran a programar visitas y que ahora, aprovechando la efeméride, se hayan organizado dos jornadas de puertas abiertas, el viernes 12 y el lunes 15 de abril.
El concejal del área, Martí Raga, ha destacado que "la historia de la bandera es una historia viva y esto es fantástico. Los vecinos y vecinas que han participado en las visitas han ido compartiendo con nosotros sus recodos y gracias a esos testigos vamos conociendo detalles que dan luz a la historia".
Visita alumnado holandés
Toda la historia de la bandera ha estado llena de vivencias que han ido enriqueciéndola. La anécdota de esta jornada de puertas abiertas ha sido, sin duda, la visita y reacción de un grupo de estudiantes holandeses que están de intercambio con el IES La Florida.
También estuvieron en el edificio de la Llotgeta con otros alumnos del centro y con el profesorado. A todos y todas les sorprendió muchísimo la historia de la bandera republicana y, en especial, que haya estado escondida durante más de 80 años y que sea la única de la que se tiene constancia.
Respecto al relato en torno a la bandera de Catarroja es muy sorprendente. Una historia que ha dejado al descubierto el pasado de un municipio, donde en el casino y en el ayuntamiento se enaltecía la figura de uno los valencianos más internacional de todos los tiempos, el escritor, poeta y político, Vicente Blasco Ibáñez.
