Al acercarnos a la dramaturgia de Tennessee Williams uno piensa en obras como ‘El zoo de cristal’, ‘La gata sobre el tejado de zinc caliente’ o ‘Un tranvía llamado deseo’, piezas que ya son clásicas del teatro contemporáneo y que suponen todo un reto para los directores, los intérpretes o el adaptador que decide ponerlas en pie. Las versiones cinematográficas y algunas de las versiones teatrales, han convertido estas obras en textos muy reconocidos y apreciados por el público, de ahí el reto (y la grata alegría), de recibir un nuevo montaje. Sin duda ‘Un tranvía llamado deseo’ es la obra por excelencia al catapultar desde la escena y al cine a un genial actor como Marlon Brando que…, aun sigue siendo recordado por su soberbia composición de Stanley Kowalski.
Al Teatro Talía llegó ‘Un tranvía…’ que, bajo la adaptación y dirección de Jaroslaw Bielski, atrapa desde sus primeras escenas y logra, con acertada intención escénica, generar una enérgica versión del texto de Williams donde María Pastor, en la piel de Blanche Dubois, ofrece una magnífica interpretación de su personaje en un potente tour de forcé junto a Alejandro Tous en la piel de Stanley.
Focaliza Bielski su interesante propuesta en la dupla Dubois/Kowalski creando una línea narrativa de gran poder escénico y dejando como líneas secundarias, muy bien organizadas, las relaciones que Dubois mantiene con su hermana, o con Mitch o…, las establecidas entre Stella/Stanley o Mitch/Stanley.
El espacio escénico (frío y desclasado como vivienda de los Kowalski) encuentra un apretado lugar donde mover a los personajes, pero intensifica el asfixiante lugar donde hacer estallar las ilusiones rotas frente a la crudeza de una realidad descarnada. Bien respaldos en sus papeles por Isabel Guardiola, José di Ferri y David Ballesteros, ‘Un tranvía…’ muestra una excelente adaptación de la obra de Williams y un gran trabajo actoral de la dupla Pastor/Tous que certifican que este tipo de textos se basan en la fuerza y la calidad actoral.
